El caso de Bryan Reyes y los sucesos del #1Dmx, parte 1. (Copyright Alejandro Amafra)
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El caso de Bryan Reyes y los sucesos del #1Dmx, parte 1

P A R T E  1 | P A R T E  2

Por Diana Bravo.

Bryan Reyes Rodríguez es estudiante de la Escuela Nacional de Música, alumno de la carrera de guitarra y actual empleado de un café llamado El Caracol ubicado en Coyoacán, Distrito Federal. Su vida transcurrió siempre de una forma pacífica, dedicado a su instrumento y a subsistir mediante un trabajo digno que le permitiera mantenerse en medio de la crisis económica y el desempleo que a todos nos carcome.

>>Checa la galería, cortesía de Alejandro Amafra, de los sucesos del #1Dmx<<

«Ese hombre no mataría una mosca» es lo que cualquiera que lo haya conocido puede decir hoy en día al enterarse que está preso en el Reclusorio Norte, sin derecho a fianza y con cargos graves como ataque a la paz pública y ataque a la Nación; estos cargos pueden llegar a condenas de hasta 30 años en prisión. Cabe destacar que se llegó a éstos después de haber sido cambiados una y otra vez, comenzando por cargos menores que permitían derecho a fianza. Pareciera que todo ha sido un juego para las autoridades.

El 1 de diciembre la cuestionada toma de posesión de Enrique Peña nieto transcurrió en medio de polémicas medidas de seguridad. San Lázaro fue cercado desde una semana antes. Los vecinos observaron un despliegue policial increíble en el cual participaron elementos del Estado Mayor Presidencial, Policía Federal y Policía del Distrito Federal, así como miembros del personal de inteligencia vestidos de civil. Todos ellos portando armas de diversos tipos, desde las clásicas macanas, hasta sofisticadas pistolas con balas de goma y cartuchos de químicos.

Por su parte organizaciones civiles, aún sabiendo de las medidas intimidatorias de «seguridad» tomadas por el Estado, decidieron realizar protestas pacíficas en las inmediaciones del inmueble para expresar su desacuerdo ante la toma de protesta de Peña Nieto.

Lo que sigue es muy conocido, y seguramente repetido ad nauseam por los principales medios de comunicación. A pesar de que los manifestantes acudían a las protesta de manera pacífica, un grupo de personas realizaron actos violentos en diferentes partes de la ciudad. Los primeros se registraron a las 7 am, en San Lázaro; después los convocados decidieron que no existían las condiciones para seguir protestando en el lugar, así que decidieron marchar al Zócalo.

Es en esos momentos, cerca de las 11 am , que sucedieron una serie de eventos cuestionables. En primer lugar los actos violentos aumentaron. Grupos de sujetos, no identificados aún, realizaron actos vandálicos que causaron daños importantes a comercios y monumentos históricos. En segundo lugar, se realizaron una serie de violaciones a los derechos humanos por parte de las autoridades, principalmente por elementos de seguridad del Distrito Federal. Algunos ejemplos son: agresiones físicas y detenciones arbitrarias.

Los elementos de seguridad procedieron de una manera quasi militar. En  diversos videos difundidos por internet, y algunos otros medios de comunicación puede verse como, con una estrategia de encapsulamiento, rodearon a varios contingentes de manifestantes, e incluso, a pequeños grupos de ciudadanos que circulaban por los alrededores. Golpearon despiadadamente a muchos de ellos y además se llevaron detenidos a más de 50.

Podemos pensar, ingenuamente, que las autoridades actuaron en medida de las circunstancias. La realidad es que no se ha comprobado aún que las personas involucradas en el vandalismo estén detenidas, y mucho menos que los detenidos estén involucrados en los actos vandálicos de ese día. Además, debemos recordar que vivimos en una república democrática, en la cual todos los miembros de la misma cuentan con los mismos derechos a la hora de ser detenidos legalmente. Por lo tanto, ningún elemento policiaco tiene el derecho a hacer justicia por su propia mano, y a propinar golpes y lesiones físicas desmedidas ante un hecho ilícito incluso si éste es vandalismo y daño en propiedad privada o pública. En el último de los casos, citando un artículo de la Jornada publicado el 7 de diciembre de este año:

Según los protocolos para el uso de la fuerza, la preservación de evidencias y la presentación de los detenidos, dados a conocer por la Presidencia de la República en abril de este año, los elementos de la SSP federal “podrán hacer uso legítimo de la fuerza en los niveles de presencia disuasiva, persuasión verbal, control físico de movimientos, utilización de fuerza no letal y utilización de fuerza letal”, esta última cuando otros medios sean “ineficaces”.

De acuerdo con los funcionarios consultados, esto no se cumplió al haber utilizado armas no letales antes de poner en marcha otros métodos de “pacificación”.

Bryan es una de las personas que puede corroborar lo anterior. Los compañeros estaban con él,  el día de los hechos aseguran que se le detuvo con lujo de violencia, si es que en un mundo «civilizado» como en el que aparentamos vivir la violencia puede ser considerada un lujo.  El hecho es que fue detenido mientras se encontraba ejerciendo su legítimo derecho a manifestarse públicamente, en pleno uso de sus derechos civiles y políticos, tal como lo marca la Constitución.

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*Texto publicado como parte de la convocatoria lanzada por Reconoce MX para difundir testimonios de los hechos sucedidos el 1 de diciembre de 2012.

 

 

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