Fotos y texto por Enrique Ortiz.
Imaginemos a un castillo medieval del Loire francés. Una fortificación en la cima de una montaña en la que gobernaba una familia que seguramente se dedicaba a la guerra. A pesar de estar en la cima de una montaña contaba con muchos servicios como talleres artesanales, canteras, servidumbre, guardias y guerreros. Inclusive baños, capillas, y áreas para realizar ejercicios. ¿Acaso hay evidencia de algo similar en Mesoamérica? Sí, efectivamente, aunque bajo un contexto cultural-religioso-histórico diferente y se ubica en el poblado de Santa María Atzompa («sobre la cabeza del agua», nombre náhuatl dado por los mexicas al sitio) en Oaxaca.
El área fue explorada por primera vez en el año de 1937 por el arqueólogo Jorge Acosta, quien formaba parte del equipo de Alfonso Caso (el titular de las excavaciones en Monte Albán y quien encontró la famosa tumba 7). Su principal objetivo era buscar las tumbas y resguardar su contenido antes de la llegada de posibles saqueadores. Después de años de tener poca actividad, en 2007 se retomaron las exploraciones en el área con el “Proyecto Arqueológico del Conjunto Monumental de Atzompa”. Finalmente en 2012 el lugar abre sus puertas al público.
Este complejo de origen zapoteco fue un barrio anexo a la gran metrópoli de Monte Albán. Dos familias de alto linaje fueron las encargadas seguramente del área. Sabemos esto debido a que se encontraron dos unidades habitacionales palaciegas, la Casa de oriente y la Casa de los altares. Estas unidades contaban con temazcales y conjuntos anexos para los sirvientes que servían a los señores de Atzompa. También destaca que cada palacio tenía su juego de pelota para su diversión personal, o para realizar rituales relacionados con el movimiento de los astros.
El espacio posee 4 plazas con diferentes edificaciones que seguramente tenían un carácter religioso y las cuales tenían guardias y garitas de vigilancia para restringir el acceso a la gente del pueblo. Recordemos que solo las clases nobles, guerreras o sacerdotales tenían acceso a los recintos ceremoniales. También existía un complejo para los artesanos y 2 canteras para la extracción de grandes bloques para la construcción. Podemos afirmar que estos vestigios sólo eran la punta del iceberg, ya que debajo de estos complejos existen gran cantidad de terrazas en las laderas de los cerros, las cuales fueron habitadas por la gente del pueblo que las utilizaban para sus cultivos. Las razones por las que Monte Albán decidió poblar Atzompa, fueron las siguientes:
- Distribución demográfica alrededor del principal núcleo urbano.
- Control de las canteras y de la piedra para construcción.
- Establecer un puesto de vigilancia para posibles incursiones enemigas de la Mixteca Alta.
- Distribuir las facciones de poder y evitar confrontaciones internas en la cúpula de poder zapoteca.
Es importante comentar que el apogeo de Atzompa (junto con Monte Albán) fue del 600 al 850 d.C.. Para tener una magnitud del esplendor de Monte Albán me gustaría añadir que Atzompa sólo fue un asentamiento satélite de muchos otros como conjunto El cerro del gallo, El plumaje, El mogollito, el Cerro de la cruz y los tres picos que forman parte del paraje de El paraguito.
Espero este texto haya despertado su interés en visitar esta recién estrenada zona arqueológica de origen zapoteco.
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