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Tras fallidas bandas de rock durante su adolescencia, Happyness es el reconocido proyecto de Jonny Allan, Benji Compston y Ash Cooper; quienes se dieron cuenta de que (sin querer) tenían el prototipo de un álbum en las manos después de años tocando música como pasatiempo. Lo demás es historia, aunque la carrera musical de estos chicos y su rock alternativo apenas comience.
Se distinguen por su cálida guitarra eléctrica y voces en lo-fi que recuerdan a bandas como Little Joy o Wilco. Algunos riffs nos suenan a una versión más melancólica de The Kills y demuestran que el revival noventero sigue en pleno auge con temas como Great minds think alike all brains taste the same o Refrigerate them.
Líricamente influenciados por el autor americano Cormac McCarthy, según confiesa el trío, el crudo sentido del humor de sus lyrics está presente en el álbum con canciones como Baby, Jesus (Jelly Boy) donde cantan «I’m the motherfucking birthday boy/ Don’t steal my thunder, baby Jesus» o en Naked patients donde burlarse de la muerte no suena como algo tan grave.
La banda se ha presentado con un tono contemplativo a la Yo La Tengo y ha recibido buenas críticas de otras bandas como Yuck y Mazes. El trío pronto abrirá para JAWS y seguirá con la promoción de su material mientras ya trabaja en un segundo álbum.
Sin duda, Happyness alegrará a aquellos que disfrutan las posibilidades más tranquilas del indie rock y que saben tomarse con humor las irreverentes pero acertadas letras de estos londinenses.
Tras dos EPs y un álbum (Weird Little Birthday), Happyness perfila en el radar de artistas a seguir, y no sin razón pues el sonido de estos chicos se acerca más a la introspección de la mañana siguiente que al desenfreno de la noche anterior, lo que en estos tiempos convulsos puede resultar más atractivo que el vivir rápido y morir joven.
Sin duda vale la pena dedicarles un rato y escucharlos con atención.
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