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Guillermo del Toro: «Más dinero, menos libertad»

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Por Asfaltos
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Hace unas semanas reflexionaba sobre el hecho de que Lucasfilm en su nueva etapa bajo el cobijo de Disney, se mostraba más interesado por su futuro financiero que por su futuro creativo. En el texto, que pueden leer aquí, destaco cómo las decisiones corporativas pesan de manera muy clara en una empresa que desde luego desea los menores márgenes de error, y por lo tanto, los menores riesgos creativos que si bien pueden resultar en fuertes errores, pueden convertirse también en sorpresas sumamente agradables.

Claro, me dirán, el cine es un negocio; y sí, desde luego, no lo niego. El cine, como pocas actividades artísticas, tiene esa dualidad curiosa de poder ser una auténtica obra de arte, o ser también un muy buen producto pensado para generar cuantiosas ganancias. El cine puede ser lo que decida ser, y con base en eso, emito el siguiente comentario siempre a modo de opinión personal.

El caso de Lucasfilm lo presentaba por lo paradigmático que han resultado los recientes despidos de Colin Trevorrow de «Star Wars: Episode IX», así como de Phil Lord y Chris Miller de la aún sin nombre película de Han Solo. Sí, Lucasfilm ha dado mucho de qué hablar y se ha colocado sin duda como en un caso muy representativo; pero también, y para ser justos, ni es algo nuevo, ni tampoco algo exclusivo de la compañía del «ratón».

Los despidos de directores no son cosa nueva. Se han dado, sí, pero en los recientes años ha habido un crecimiento exponencial de éstos, y sobre todo, en cintas de gran producción como las de franquicia y las de superhéroes, por mencionar algunas. Para refrescar un poco la memoria, cabría recordar las salidas de Edgar Wright de «Ant-Man», Ben Affleck de la próxima cinta de Batman y Patty Jenkins -sí, la Patty Jenkins venerada por «Wonder Woman»- de «Thor: The Dark World».

Las grandes producciones tienen enormes presupuestos por detrás, que son sin duda inversiones que se desean recuperar y desde luego no perder. Como empresas que son, las grandes productoras piensan entonces arriesgarse poco, pero eso sí, de ser necesario, saben que cuando hay que hacerlo es necesario dar manotazos sólidos y contundentes cuando algo no les parezca para proteger su legítimo negocio.

Un ejemplo muy comentado es sin duda el de «Star Wars: The Force Awakens», que toma de nuevo relevancia después de que su director, J. J. Abrams, fuera anunciado para ser el encargado de cerrar la nueva trilogía de la franquicia con «Star Wars: Episode IX». La noticia, más que una decisión exclusiva de Kathleen Kennedy, tiene toda la pinta de ser parte de todo un plan de negocio en donde las cúpulas aseguran de esa manera un producto que sea de calidad y del agrado de la mayoría. Sí, que no sea original no significa que no tenga calidad. «Star Wars: The Force Awakens» lucía todo menos original; pero sí bastante bien realizada y bien ejecutada.

El problema es entonces que en el nombre de las grandes ganancias, las nuevas películas de quienes gustamos los ya mencionados géneros, terminan por ser divertidas… pero hasta ahí. Atrás quedan las cintas creativas de la generación de los Lucas, los Spielberg, los Cameron, los Coppola y los Zemeckis. Atrás quedan aquellos años donde se hacían sí, películas que eran productos, pero sí, películas que a la vez estaban bien hechas, eran entretenidas y hasta marcaron toda una época como la actual nostalgia ochentera nos los restriega día a día.

¿Será entonces que en el nombre del dinero la creatividad en las grandes producciones está ya condenada a la muerte? Bien, no todo parece ser tan catastrófico, porque la televisión y el cine mismo pero de menor presupuesto, son sin duda algunos de los canales para que los creativos se den a conocer y nos regalen aún cosas asombrosas que se conviertan en los próximos íconos de una industria que también para perceberar, deberá encontrar los nuevos clásicos que sí logren logren pasar la prueba de los años.

De momento, y como se mueven las cosas, todo parece que se mantendrá tal y como la industria lo ha marcado, y como también de manera muy contundente lo destacó el mexicano Guillermo del Toro en la más reciente edición del Telluride Film Festival: «Yo creo que el dinero quita libertad. Más dinero, menos libertad«.

IMG_5743Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.

 

 

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