La guía práctica para ir a un motel.
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La guía práctica para ir a un motel

Por Enrique Figueroa Anaya.

Hace ya varios años ir a un motel podría haber parecido una idea descabellada. Sitios sucios, descuidados y asociados a la prostitución fueron algunas de las razones que hicieron de los moteles un espacio «poco apto» para las artes amatorias. Hoy, si bien varios no se alejan de tal descripción, existen muchas y novedosas opciones que contradicen este temor.

En la ciudad de México de los últimos años hay moteles estrafalarios, clásicos y vanguardistas. Los hay para todos gustos y exigencias; para todas locuras y perversiones.

La mejor opción es buscar reseñas de estos lugares en la red. Existen sitios especializados para el tema, así como «blogueros» aventureros que han pasado por sus habitaciones y cuentan con detalle las experiencias vividas. Eso sí, trata de que el lugar al que acudas sea una «villa», ya que así podrás evitarte (y evitarle al o a la susodicha) el bochornoso momento del cobro del lugar; además de sentirse más seguros y en confianza.

¡Venzan la pena! Si bien no se trata de que todo el mundo se entere de que van a ejercitarse sobre una cama (o en el sillón, jacuzzi, piso, o donde sea), tampoco se trata de que pongan nervioso o nerviosa al o a la susodicha… Lo mejor es llegar en auto y estar tranquilos hasta que la puerta de la «villa» se cierre y les deje en completa intimidad.

Ahora bien, si se quieren sentir más en confianza, pueden buscar algún motel en calles donde no haya mucho tránsito o donde los autos no se detengan. Los moteles ubicados en vías rápidas son la opción; no se vayan tampoco a ir a una colonia que luzca solitaria y a oscuras, porque si no el cuento de ese viaje picaresco puede llegar a ser otro.

Es cierto que a veces parar en un motel puede resultar de algo inesperado, sin embargo, habría ciertas cosas que valdría la pena cargar en el auto por cualquier cosa (dirían por ahí). ¡Condones! ¡Esos no pueden fallar! Trata de guardarlos en el auto en algún lugar donde no se calienten; y si eres ella, también es una opción la bolsa que cargas. Si el plan está planeado, puedes llevarte todo un kit que contenga lubricantes, toallas, cremas, botanas y bebidas.

Ya en la habitación es probable que te enfrentes a algunas cosas como los «ruidos extraños». A ver. En un motel, prácticamente el 100% de los que van asisten por la misma razón que ustedes, así que gemidos y demás sonidos son claramente normales. Mejor concéntrense a lo que van y pásenla bien. No olviden que la actitud de cada uno afecta a la pareja, por lo que es mejor concentrarse en disfrutar que en preocupar. Como tip pueden llevar música, ya hay lugares donde hasta puedes conectar tu iPod y toda la cosa.

Ir a un motel es sin duda toda una experiencia, y si se elige bien un lugar y se asiste con toda la idea de divertirse, puede llegar a ser completamente algo inolvidable. No es sólo un viaje para quienes no viven solos, sino también para quienes viven juntos desde hace años pero desean quitarle lo cotidiano a su día a día.

 

 

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