Variaciones sobre el tema de James Bond

Por Paty Caratozzolo.

«Casino Royale» fue la primera novela con el personaje de James Bond, escrita por Ian Fleming en 1953. Esa primera historia no tuvo ningún éxito pero Fleming siguió escribiendo: «Vive y deja morir», «Moonraker», «Los diamantes son eternos», «Desde Rusia con amor», «Dr. No», «Goldfinger», «Sólo para tus ojos», «Operación trueno». En 1962 por fin Hollywood se fija en él y aparece la primera película: «El Satánico Dr. No».

Versión original del tema de James Bond de Monty Norman.

Los productores encargan a Monty Norman la música para identificar a Bond pero el resultado no los convence. Le piden entonces a John Barry que “la arregle” y lo hace con tanto éxito que sigue componiendo variaciones para todas las demás películas a lo largo de veinticinco años. John Barry es el famoso; un cuarto de siglo figurando en los créditos lo hacen creer que la música es suya, pero no, el creador sigue siendo el desconocido Monty Norman y las regalías son para él. Uno es famoso, el otro rico. Así es la vida.

Versión del tema de James Bond arreglado por John Barry.

Algo similar ocurrió con los derechos de «Casino Royale». En 1955 Fleming los vendió por centavos a Gregory Ratoff que era un actor bastante conocido pero no pudo convencer a ningún productor para hacer la película. Ratoff muere y su viuda logra vender la historia a Charles Feldman. Feldman era el «Rey Midas», agente de artistas y productor que todo lo que tocaba lo convertía en oro. A pesar de eso o quizás precisamente por eso los productores de la saga, que ya habían tenido éxito con las primeras cuatro películas, se niegan a comprarle los derechos. Feldman se enoja, mucho, y se le ocurre una idea irónica: Va a usar la historia para burlarse de James Bond y lo va a hacer a lo grande contratando a los mejores artistas del momento; para el malo Le Chiffre nada menos que al imponente Orson Welles, para el papel de Vesper Lynd a la mismísima Ursula Andress, y para el agente 007 no uno sino varios: David Niven, Peter Sellers y hasta el desconocido Woody Allen. El resto del elenco hubiera sido impagable: Deborah Kerr, William Holden, Charles Boyer, Peter O’Toole, John Houston, Jean Paul Belmondo, Jacqueline Bisset, George Raft. Burt Bacharach compone el tema de Bond. Son los amigos de Feldman que se unen para burlarse del sistema en una parodia impensable.

Versión del tema de James Bond, de Burt Bacharach.

Resultado de la aventura: el fracaso total.

Era la época del pop, el estilo beat, la música a gogó y todo eso lo tiene «Casino Royale» a montones. Sin embargo el mundo no estaba preparado para la farsa, la sátira cruel, las historias paralelas, simultáneas, sobrepuestas, laterales. La tildaron de incoherente y no entendieron el absurdo collage. Cuarenta años después fue otra «Casino Royale» la que se convirtió en éxito, pero era la misma historia. Así es la vida.

Paty Caratozzolo. Quisiera cantar «Feeling good» como la Simone o de perdida «Let’s do it» como la Fitzgerald. Algunas veces se lamenta quedito como la Dido de Purcell y otras llora a moco tendido como la Alcina de Haendel. El resto del tiempo anda con la mirada hundida en los paisajes brumosos de Turner y los dedos imaginando la tersura de cualquier escultura de Bernini. Prefiere el plano holandés al café americano, y la compañía de un barítono italiano al mejor widget de su celular japonés. Y definitivamente, si naufragara cerca de una isla desierta y pudiera llevarse un solo libro… ¡preferiría hundirse full fathom five!