Escribir, escribir y escribir… fatiga, y leerlo también

Por Asfaltos.

Si me leen de manera continua, sabrán que si hay algo que hago muchísimo en este sitio, es eso: escribir. De entrada las columnas musicales –Lunes musical, Martes asfaltoso, Miércoles nostálgico, Video de la semana, Jueves independiente y Viernes versionado-, esfuerzos semanales que sin falla entrego con la intención de darle rienda suelta a mi franca afición por la música. Luego, esta columna, dedicada a la cultura pop y que igualmente sin falla les comparto de manera semanal. De modo menos calendarizado, aunque yo diría que más habitual, contribuyo con reportajes, notas y entrevistas cotidianas que nutren nuestro portal. Sí, en efecto: escribir, escribir y escribir…

Sí, ya tuve que abandonar mi quincenal #HoyToca porque «ora sí» que a mí me tocaba descansar un poco, porque para serles franco, ya las ideas iban fluyendo con menor claridad y no quería ya nada mas escribir por escribir. Sí, escribir, escribir y escribir no debería ser nunca escribir por escribir; aunque como un colega, acertadamente me comentó, escribir, lo que se dice escribir, es para quienes saben escribir, aquellos a quienes admiramos y leemos siempre con gozo. Bueno, digamos entonces que soy eso, un obrero de la redacción.

¿Pero redactar es algo sencillo? Cuando se hace de manera cotidiana, sin parar y como una costumbre, pudiera parecer que plasmar letras, palabras, frases, párrafos y finalmente textos, resultaría para cualquiera habituado a ésto en algo más que sencilo; pero no, no siempre resulta así. Siempre, invariablemente y en espacios como éste, ocurre que se aparece un breve temor al espacio en blanco que hay que llenar.

Usualmente en medios, impresos y en línea donde me ha tocado afortunadamente colaborar, a quien redacta se le pide un número específico de carácteres: ni uno más, ni uno menos. Se debe de cuidar si bien una idea, sobre todo el espacio que se especifica. Al suceder ésto con un impreso, de manera evidente, resulta clara la razón del porqué la exigencia. En un medio en línea, como el que también tienen ustedes la amabilidad de leer, si bien el espacio no es problema, sí lo es la atención de ustedes. Sí, habrá quienes gusten leer largos textos como los de su servidor en esta «La ballesta de Mascatacbaco», sin embargo -de acuerdo a los propios números de Reconoce MX-, son los menos: la tendencia, en efecto, es leer cada vez menos en la red.

¿Se imaginan si un simple obrero como yo se fatiga con la labor diaria? Y me refiero no a una fatiga física -que miren que estaría grave a mi edad-, sino a una fatiga mental. La misma columna que leen hoy, por ejemplo, sirve como una pausa necesaria en lo que respecta a una entrega semanal que me comprometí entregar «lloviera, truene o relampagueé», y miren que en la capital mexicana si algo ha sobrado en los más recientes días, es precisamente eso. ¿Cómo será para aquellos que se dedican a actividades «ora sí» que artísticas como la música y el cine que semanalmente comentamos?

En una industria absolutamente saturada de diversos estímulos visuales y sonoros, en una industria donde se les exige a «los ídolos» a crear y crear para satisfacer nuestras cada vez más voraces necesidades, ¿cuál podríamos esperar que fuera el resultado de canciones y películas? La otra vez, por ejemplo, veía cómo la tendencia de Netflix de tener cada vez mayor contenido original si bien nos da más opciones, también nos entrega con mayor frecuencia menos cosas que valgan la pena. ¿Me estás oyendo, Star Wars?

La polémica de la semana pasada, sobre el despido de los ahora ex directores de la aún sin nombre película de Han Solo, continúa dando de qué hablar rumorándose inclusive la salida del actor principal Alden Ehrenreich. De acuerdo a la Hollywood Reporter, Lucasfilm habría decidido apoyar al actor con un coach de actuación personal, ya que al parecer Ehrenreich estaría sufriendo con la caracterización de tan icónico personaje. En el afán de estrenar, estrenar y estrenar películas de Star Wars, ¿no se estará fatigando ya tempranamente una franquicia que al final termine por reventar por falta de creatividad?

Otra noticia que me hace pensar lo mismo es el anuncio sobre la no reinserción del Iron Man de Robert Downey Jr. en la próxima cinta de Spider-Man (bueno, al parecer el matiz es que «aparecerá» de forma diferente). Al parecer, muchos de los fans o seguidores de la franquicia, creen que ya es en efecto demasiada la presencia de un personaje que termina fatigando porque sale, sale y sale en cada cinta de manera indiscriminada -y eso es lo que he escuchado de muchos que me lo han platicado-.

La fatiga, en efecto, viene entonces de quienes crean, pero también de quienes consumen.

En fin. Sin querer terminé comentando temas propios de la columna, cuando en realidad lo que quería era platicarles un poco sobre mi labor diaria en la que hay muchas ocasiones en las que me paso horas continuas sin saber qué ni por dónde escribir. Digamos que el contenido no es el problema, sino mas bien la forma que le voy a dar. Porque bien podría escribir cualquier cosa, o escribir por escribir como ya les había mencionado; pero resulta que también, en efecto, lo disfruto y mucho. Por ello, sí, sería un error de mi parte entregar algo por entregarlo…

¿Será que me haya mordido ahorita la lengua? Sea lo que sea, piensen ustedes, amables lectores, que lo que sí ha sucecido es he descansado un poco mentalmente y que la próxima semana los sorprenderé con una gran columna que ustedes mismos digan «caray, qué bueno que descansó»… o no, quizá haya escrito mucho en la semana y siga con el mismo impasse, aunque eso sí, con la promesa de no repetirme con un texto como el de hoy porque sí, qué flojera.

Foto: Quim Pagans.

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.