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Si pensamos en la reinvención de la música hoy en día, sería difícil describir a una banda o artista como cien por ciento originales, sin embargo Cibelle, una chica brasileña en sus treinta, parece desafiar este precepto con sus atrevidas composiciones, ampliando el panorama de lo que es “innovar”.
De sangre latina, Cibelle creció escuchando los ritmos tropicales de su natal São Paulo, que en su carrera han sido una marca distintiva de su creación musical. Sin embargo, inicialmente quería dedicarse a la actuación hasta que en 2003, en un bar, conoció a Suba, un productor musical serbio que la contrató para usar su voz en los coros de su álbum São Paulo Confessions.
A partir de eso, la carrera musical de Cibelle comenzó un crecimiento atípico, puesto que ella se interesó en la música como un arte cuyas posibilidades no estaban siendo totalmente exploradas ni explotadas.
Neofolk, electrónica, acústica y otros estilos son los que componen el género que ella ha denominado «punk tropical», que por descabellado que parezca, logra un ritmo melodioso y que incorpora sonidos tradicionales y místicos con instrumentaciones más complejas y arriesgadas, logrando en conjunto una armonía perfecta que dan como resultado temas como: Flying High, Green Grass y London, London, tan sólo por mencionar algunas.
Podemos describirla como sofisticada, impregnada de una delicadeza natural y que pareciese de antaño. Innovadora y sorprendente, Cibelle destaca por arriesgarse a incorporar nuevos en elementos en lo clásico, antigüedad en lo moderno, urbanismo en la naturaleza y sobretodo, pasión y cada una de sus canciones.
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