La denuncia colectiva que se dio hace dos meses y medio parece haberse calmado un poco. Es buen momento para pensar en qué cosas han cambiado desde entonces. Además, claro, de ya poder solicitar #ElPitoDeMancera en la dependencia gubernamental de la Ciudad de México correspondiente.
No está de más recordar cómo llegamos a este hashtag que pondría sobre la mesa una discusión tan obvia que nadie hablaba de ella. Un par de días antes de la marcha #VivasNosQueremos (#24A), las (e)stereotipas lanzaron la convocatoria para narrar la primera vez que fuimos acosadas.
¿Cuándo y cómo fue tu primer acoso? Hoy a partir de las 2pmMX usando el hashtag #MiPrimerAcoso. Todas tenemos una historia, ¡levanta la voz!
— (e)stereotipas (@e_stereotipas) 23 de abril de 2016
Y ¡pum! Muchas nos aventamos sin temor de nada a contarle a Twitter cómo fue ese terrible momento. Algunas figuras públicas también se sumaron. Los medios tomaron el fenómeno. Se hicieron estudios. Se llegó a conclusiones profundamente dolorosas, como que la mayor parte de los acosos en México ocurren durante la infancia y que muchos de ellos, eran abusos sexuales.
Mis papás se enteraron de la primera vez que fui acosada en el metro a los 16 años gracias a que mi tuit fue retomado por varios medios. Claramente, no fue la manera ideal para descubrir por lo que pasó su hija hace unos 15 años y sobre lo cual nunca habló, pero valió la pena abrir el tema, discutirlo y conocer sus posturas.
#MiPrimerAcoso En el metro, un imbécil me tocó por todas partes y se masturbaba. Nadie me ayudó aunque lloré y grité. Tenía 16 años.
— Lala (@lalamagica) 23 de abril de 2016
La #PrimaveraVioleta había llegado y, en los corazones de muchas feministas, para siempre. De pronto, en la agenda estaba permanentemente el tema del acoso. Esto sirvió también para descubrir a varios machistas, quienes abiertamente publicaban en sus redes sociales puntos de vista absolutamente denigrantes hacia las mujeres.
En mi feed de Facebook un día llegó el mansplaining y aparecieron los comentarios machistas. Uno de ellos era un cliente quejándose del video que Las Morras habían grabado mientras caminaban por distintas calles de la ciudad. Entonces me vino un golpe de realidad. No podía decirle algo o quejarme abiertamente porque era mi cliente y entonces, podría haberme quedado sin cuenta. ¡Bam! Ganó. (Aunque igual medio me quejé, pero no tanto como me habría gustado).
El siguiente golpe de realidad sería en la maestría. Había que hacer una investigación en equipo para una materia en el MBA que estoy haciendo. Pensé que era buena idea trabajar con #MiPrimerAcoso y, un poco porque nadie propuso otra cosa y otro tanto porque estaba bien padre, tal trabajo se realizó bien y bonito.
En la presentación sólo tuvimos un comentario. Un compañero se quejaba de nuestra investigación argumentando que las mujeres somos quienes implantamos el machismo en los pobrecitos hombres desde pequeños. Y aunque puede que en algunos casos así sea, ahí estaba evidenciado y grandote: un profesionista buscando alcanzar una posición directiva en algún área de negocios enojado con el proyecto haciendo mansplaining. Meh.
En esta cruda después del acelere de #MiPrimerAcoso y con la agenda enfocada en otros temas igual de importantes, ¿realmente estamos cambiando algo?
Levante la mano quien lo está haciendo desde su trinchera. o/
Foto: Realidad Expuesta.
Laura Ramírez Delgado. «Feminismo pop». «Lo que sea por una vida mejor» es mi mantra. Soy comunicóloga por el Tecnológico de Monterrey y algún día pisé la UNAM para estudiar Letras Inglesas. Fundé Funkrea en complicidad con un ingeniero y hoy sobrevivo a un MBA en EGADE Business School, con las Dr. Martens bien puestas. Soy aficionada al fútbol con corazón azul y piel dorada. Se me considera una rockola humana con el gusto musical más raro del universo. Rescaté a Perrecito, quien es mi compañero de aventuras. No funciono sin café, soy feminista y también Batman.
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