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#HoyToca: La sexualización (o no) de Wonder Woman

Columnistainvitado
Por Asfaltos
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Hace apenas unos meses celebrábamos con especial entusiasmo el que la superheroína por excelencia, Wonder Woman, fuera elegida como embajadora honorífica de la Organización de las Naciones Unidas; sin embargo, a mediados de diciembre pasado, el honor se le había quitado tras las quejas que surgieron cuando se dio a conocer tal distinción.

Una de las principales críticas que se le hicieron a Wonder Woman como embajadora de la ONU fue su representación como «una mujer de pecho grande, blanca, de proporciones imposibles, vestida escasamente con un traje de cuerpo desnudo, con un motivo de bandera americana y botas altas de rodilla – el epítome de una chica pinup«; sin embargo, bajo esa queja, también había un disgusto porque en la propia organización se había desechado de manera muy reprobable la discusión sobre una posible Secretaria General por vez primera en su historia.

«Es alarmante que las Naciones Unidas consideren el uso de un personaje con una imagen abiertamente sexualizada en un momento en que las noticias principales en Estados Unidos y el mundo son la objetivación de mujeres y niñas», dicta la petición que firmaron cerca de 45,000 personas. «Tener modelos femeninos (que viven, respiran) es un aspecto crítico de la meta de empoderamiento de mujeres y niñas».

En una columna anterior que le dediqué a Wonder Woman -en mi espacio de los lunes- planteaba que la lucha más trascendental que ha vivido la superheroína es y seguirá siendo contra la sociedad misma. Su origen, planteado en ese mismo texto, nos la presentaba como una suerte de feminista que utilizaba atributos propios del género para someter -con ayuda de un lazo- a los hombres en un mundo que sigue siendo persistentemente machista. Sin embargo, con el paso del tiempo, y tras el paso de diversos dibujantes, la visión original de Wonder Woman ha ido cambiando de manera importante, tanta, que las quejas de quienes tiraron su distinción en la ONU no dejan de tener verdadero y sincero peso.

En manos del artista Frank Cho (cuyos dibujos de Wonder Woman ilustran esta columna), quien fue comisionado para dibujar el año pasado las portadas de la nueva serie de «Wonder Woman», una vieja discusión se revivió tras su enfrentamiento con el responsable de la historia Greg Rucka. Rucka, quien es conocido en el mundo del cómic por su visión más femenista del personaje, y por otro lado Cho, quien es reconocido por sus dibujos más sexualizados de los personajes femeninos, se enfrentaron por una polémica portada variante de Cho en el que éste mostraba «un poco de la ropa interior» de la superheroína. La relación laboral con «Wonder Woman» entre Rucka y Cho, que de entrada fue una mala idea desde un inicio -vamos, sonaba a provocación-, estalló cuando Rucka decidió censurar el trabajo de Cho recortando la parte polémica (como se ve en la comparativa de ambos dibujos). ¿El resultado? La salida de Cho y una franca denuncia que dejó clara la diferencia de opiniones.

Si a mí me preguntan, el escándalo se rebasó al hacerse tan viral y mediático. Entiendo perfecto a Greg Rucka, sin embargo, sin haberlo consultado con Cho -como parece fue el caso-, fue una mala decisión. La pregunta es, sin embargo, si realmente estaba sexualizada la Wonder Woman de Frank Cho.

Cuando se habla de la sexualización de las mujeres en los cómics, un primer argumento que siempre se trata de utilizar es que sus contrapartes masculinos viven la misma objetificación. Sin embargo, ¿es eso cierto? Ciertamente existe una idealización en los cuerpos de hombres y mujeres, ¿pero es una idealización igualitaria? Un primer elemento a analizar sería el de los cuerpos en ambos géneros. Los hombres, por ejemplo, en su gran mayoría son idealizados como atletas, mientras que las mujeres en general son idealizadas como supermodelos. Si mujeres y hombres se supone que son superhéroes por igual, la idealización no igualitaria no tiene mayor sentido.

Otro punto que habría que tomar en cuenta para diferenciar la sexualización de mujeres y hombres en los cómics, sería sin duda la ropa de ambos. Ciertamente las famosas licras van parejo para personajes femeninos y masculinos, sin embargo, otra vez, ¿los personajes de ambos géneros visten de la misma manera? Mientras los personajes masculinos visten prácticamente siempre con uniformes completos, los personajes femeninos terminan usando uniformes tan diversos que parecen mas bien trajes de baño, tangas, bikinis y demás. No sé ustedes, pero, esto no suena muy equitativo, ¿verdad?

Tambiién a analizar estaría el asunto de la belleza. Cuando por vez primera me topé con She-Hulk, lo primero que me vino a la cabeza fue: ¿de verdad, hasta en esto son tan evidentes las diferencias? Ciertamente los personajes de ambos géneros, nuevamente al ser idealizados, son recurrentemente prototipos de la belleza; pero si bien los hombres dentro de esos parámetros pueden «gozar en ocasiones de ciertos razgos de fealdad» como en el caso de Hulk, cuando se trata de mujeres esto es prácticamente imposible. Piensen en los villanos masculinos, prácticamente todos con razgos de monstruosidad, y piensen en las villanas femeninas, con pocos o nulos razgos de fealdad. Por poner un ejemplo rápido, piensen en la galería de ambos géneros de villanos de Batman.

Finalmente la posición en que los personajes de ambos sexos son dibujados es otro asunto. ¿Recuerdan «la prueba de Hawkeye«? Pues bien, de eso se trata precisamente este análisis. Normalmente las posiciones en que son colocados los personajes femeninos resultan desde incómodas hasta imposibles. Sí, la mayor de las veces se trata de que éstas expongan sus atributos delanteros como traseros en una sola imagen, en una posición que nada más de ver me provoca dolor de cintura y de espalda.

A la luz de estos puntos, si se analiza de nuevo la polémica portada variante de Cho, la sexualización de Wonder Women vendría siendo clara -más aún con la versión de la ropa interior que originalmente mostraba-. De la misma manera, y yendo más allá de los cómics, la misma Wonder Woman interpretada por Gal Gadot cumple con todos los puntos analizados. De ese modo, y a la luz de los hechos, poco habría que discutirle finalmente a la ONU de la polémica y triste decisión para un personaje, que como ya había argumentado, es mas bien víctima de la sociedad y los tiempos en que vive.

Mujeres heroínas «que viven y respiran» como pide la ONU como embajadoras que inspiren a mujeres y niñas, sobran. Inclusive, si se quiere pensar en embajadoras de ficción, bien podrían tomarse en cuenta las más recientes Rey y Jyn Erso de la saga Star Wars. Acá, lo que hay que analizar y discutir con calma, son las razones por las que la ONU dejó fuera a Wonder Woman, y sobre todo la actualidad de un personaje que vive una realidad y retos distintos, y que debiera plantearse en este caso para abrir el debate en los cómics y en el cine por mencionar tan solo estas dos industrias. Porque sí, ya otra cosa será analizar todo esto en los demás medios masivos, y en la vida misma…

IMG_5743Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.

 

 

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