Por Sandyluz.
Días previos a la 89ª entrega de los premios Oscar, a celebrarse el próximo 26 de febrero, y un trending topic es la aclamada película «La La Land: Una historia de amor«, un musical que refrescaría el género y que se ha vuelto la sensación por tratar, de manera magistral e interesante –¡sí, increíble pero cierto!–, el tan manoseado tema de las venturas y desventuras de una relación amorosa.
Impecable, en este filme, el trabajo de edición que permite la interacción natural entre números musicales y escenas dramatizadas: planos-secuencia donde los actores danzan, para transportarnos al dinámico mundo de un set de grabación o al contexto de un club de jazz; de pronto, el momento a solas con las manos del pianista; de pronto, mismas manos, pero ahora ejecutando para un público masivo. El tema central de la película «City of stars» acompaña los diferentes momentos dramáticos del filme con diferentes arreglos de piano y con diferentes ejecutantes, pero con la misma esencia romántica, sutil y profundamente melancólica: «City of stars/ are you shanning just for me!/There’s so much that I can see…»; no en vano tiene una nominación como mejor canción original. Aunado a esto, la empática actuación de sus protagonistas, quienes brillan juntos en la pantalla grande: Ryan Gosling y Emma Stone, ambos nominados a los Premios de la Academia, como mejores actores. Verlos juntos nos hace preguntarnos: ¿cómo no se nos había ocurrido que lucirían tan bien juntos?
Y hablando de él, sí, Ryan Gosling, cabe reconocer, para quienes venimos siguiendo su trayectoria tiempo atrás, que este hombre no es un galán improvisado y que en verdad sabe imprimir a sus personajes carácter, virilidad y un dejo que oscila entre la tristeza, el conflicto y la amargura. Nada fortuito que en «La La Land» su personaje sufra los embates de la desilusión amorosa. Honestamente Mia (Emma Stone) no se porta precisamente bien con él, ni con los sueños que tejieron juntos. Esta situación trae de vuelta la mirada resignada, pero dulce; el ceño fruncido y pensativo, de un Ryan Gosling que suele encarnar así a sus personajes, y que para este filme realmente tuvo que aprender a bailar y a tocar el piano. El espectador advertirá que, esas manos con alma jazzista, no son un insert que disimulen que el actor no está realmente ejecutando la pieza (tremendo bonus para su actuación y para el filme).
En 2001 un Ryan Gosling bastante joven y calamitoso, interpretó a un neonazi declarado en «The believer» (2001). Su personaje, Danny Balient, guardaba en secreto sus creencias judías. Se vuelca hacia el extremo, al conocer las prácticas judías “al pie de la letra” y al saberse rechazado pues, desde corta edad, plantea dudas que conflictuaban a sus rabinos. En este filme, crudo, y por demás interesante, Ryan Gosling muestra un personaje con grandes destrezas para hablar en público. Su mirada, directa y sin contemplaciones, rebela a un joven firme en sus acciones racistas, que jamás podría revelarnos la flaqueza sorpresiva que presenta en el clímax.
Otra “de ésas” que tiene es «Driver» (2011). En este brillante trabajo por su estética visual y magnífico diseño sonoro, interpreta a un personaje sin nombre, un conductor (driver) de tipo misterioso, tranquilo y rudo, que termina enamorándose de su frágil vecina, Irene (Carey Mulligan), quien sufre las vicisitudes de sostener a un pequeño, mientras el padre está en la cárcel. El personaje de Ryan Gosling, con un dejo de resignación imperturbable, muestra su lado más severo, cuando irremediablemente se involucra, como conductor, en un robo con el esposo de Irene, quien, amenazado de muerte, no tiene otra opción. Calladamente, el conductor asume su parte, tratando de evitar mayores sufrimientos a su casi familia.
Finalmente, quiero destacar su actuación en «The place beyond the pines» (2012). Ahí interpreta a Luke, un motociclista de espectáculo, quien con todo y su aspecto renegado y lleno de tatuajes, quiere enmendarse, haciéndose cargo del bebé que procreó con una mesera (Eva Méndez, actual pareja de Gosling). En la disyuntiva de cómo ser un hombre “de provecho”, se involucra en un robo a mano armada y la cosa termina en desastre. Una actuación de Gosling humana y desgarradora, pues este antihéroe esconde en su interior el amor paternal y la dulzura de querer formar un hogar.
Así, este hoy aclamado actor, tiene en su haber una trayectoria de personajes complejos que viven el conflicto interior de su abigarrada personalidad, dentro de las adversidades que se confrontan en ambientes citadinos, callejeros y desfavorecedores. Por ello, afirmo que «La La Land» sólo pondrá el reflector sobre él y confirmará que Ryan Gosling ¡claro que sería un excelente merecedor del Premio de la Academia, pero por su trayectoria! Ryan Gosling dista mucho de ser un novedoso rostro hollywoodense.
Sandyluz. «Detrás de la pluma…» Egresada del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Completó estudios de Creación Literaria en la Escuela de Escritores del Estado de México (SOGEM). También terminó una maestría en Estudios Humanísticos con especialidad en Literatura, en el Tecnológico de Monterrey. En un plano más relajado, es aficionada a los libros y a la escritura desde corta edad; ha escrito de manera informal cuentos y poesías; con uno de sus primeros cuentos ganó un concurso local del cual obtuvo su primer retribución económica y profesional, siendo ello un significativo incentivo para seguir escribiendo. La Literatura ha sido una válvula de escape para no enfermar de realidad. La fantasía reanima el fulgor de los sueños que soñamos dormidos y que soñamos despiertos…
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