‘No todo es azul’, de José Luis D.F.

Por Asfaltos.

Actualmente en Ciudad de México, para los amantes del fútbol, hay tres equipos locales a los cuales irles en la primera división del fútbol mexicano. Por orden de aparición, si uno no le va al Club América, le va al Cruz Azul Fútbol Club; y si no le va a ninguno de los dos, seguro le va al Club Universidad Nacional. Bien… yo nací en esta ciudad y no le voy ni a las Águilas ni a los Pumas, yo… yo le voy al Azul.

 

Si bien gracias a sus logros el equipo se mantiene como el cuarto más ganador y el cuarto con más afición en el fútbol nacional, en los últimos años la mala suerte ha invadido a un equipo que ha sido mas bien burla de los demás. La mala suerte, acompañada de los errores propios, han mantenido al Cruz Azul como el ejemplo perfecto del «ya merito» (rey, con récord de 10, del «subcampeonísimo» indiscutible).

El sábado pasado, de vuelta en el Estadio Azul, me senté ilusionado a ver a mi equipo ganarle al no más suertudo equipo de Querétaro. Triste el día en el que me volví aficionado al Cruz Azul hace ya más de 10 años… Abandonaba, justo el sábado pasado, el estadio una vez más con ese ingrato sinsabor de la gloria arrebatada.

Clavado en mi asiento del Metrobús, con la mirada perdida en las llantas de los automóviles que transitaban por Insurgentes Sur, me acordé de una rola que aún retumba en mi cabeza: «Mirando girar las ruedas de un autobús, yo pude observar que no todo es de color azul. Las cosas suceden de un modo muy especial. Se van pero vuelven, no se pueden olvidar».

De José Luis D.F., uno de los músicos y cronistas urbanos capitalinos más queridos por su servilleta, la canción que me toca rememorar hoy es precisamente «No todo es azul», en la que el músico oriundo de la Vicente Guerrero, Iztapalapa, con un marcado tono melancólico nos recuerda que «existen cosas tristes» y que como todo, «no todo es azul».

Ni modo, para los cruzazulinos como yo, «no todo es Azul». Ojalá, por los miles de aficionados como su servidor, llegue el momento en el que un día puedan pintarse finalmente nuestras alegrías de este color, de Azul.