Por Asfaltos.
Siempre resulta divertido cuando uno se sienta en una sala de cine para observar algo que le sorprenda, que le resulte absolutamente entretenido y que al final le haga sentir a uno que el tiempo invertido valió la pena. Ese es el caso de la película que comentaré ahora, pero que para ser fiel y confruente con lo anterior, si no quieren saber nada de ella y divertirse con una película agradable y linda que les haga sentirsee bien, vayan al cine a partir de mañana viernes 20 de octubre de 2017 a ver «Perdidos en París». ¿Siguen conmigo? Comencemos entonces.
Dirigida por la curiosa pareja de Fiona Gordon y Dominique Abel, «Perdidos en París» es una cinta absolutamente divertida que sacude por su frescura. Con una estética muy particular, y toda la escuela del circo que les une además del amor que se tienen el uno al otro, «Perdidos en París» nos cuenta la historia precisamente de Fiona y Dominique -o por lo menos de unos personajes llamados como ellos mismos-.
Todo comienza en Canadá, cuando una joven Fiona (Fiona Gordon) observa a lo lejos su pueblo natal al lado de su tía, quien finalmente le suelta una sorpresa que le cambiará para siempre: se va a vivir a París, Francia. Fiona, niña apenas, le contesta a su tía que ella hará eventualmente lo mismo. En una siguiente escena pasa el tiempo, y al final Fiona permanece en Canadá. Es un suceso el que detona el viaje, y en sí toda la historia.
Una misteriosa carta llega a manos de Fiona. Al parecer su tía, Martha, necesita su ayuda en París. Fiona, dudando apenas, pero recordando que alguna vez su deseo era unírsele a su querida tía, acepta la misión y acude al rescate. Sin embargo, para Fiona, las cosas no son como se esperan. Una vez en París las cosas empiezan a salirse de control hasta terminar, en efecto, perdida en la capital francesa. En medio del caos conoce a Dom (Dominique Abel), quien redondeará la peculiar experiencia.
De tono cómico, con un toque circense que entretiene, pareciera que más que frente a una película, nos encontramos frente a un cuento ilustrado que cobra vida frente a nuestros ojos. El carisma de los dos directores, quienes además protagonizan su propia película, interpretando a personajes que se llaman como ellos mismos, queda patente en un paseo colorido y divertido.
Desde esa primera escena en Canadá donde en pleno invierno con los ventarrones que allá se producen alguien abre la puerta y todos se mueven como si banderines o papeles fueran, queda claro que nos encontramos en el mundo particular de estos directores donde hay humor, inocencia, y también mucho sentimiento. La película consigue así introducirnos en un mundo que nos saca una sonrisa y nos invita a seguir lo que sucede con muchísima curiosidad.
En lo que respecta a las actuaciones, con los directores como protagonistas, uno confirma que no pudo haber mejor elección. Fiona y Dominique tienen mucho humor y carisma para interpretar a sus personajes homónimos, y las situaciones que les van ocurriendo, así como las peripecias que le suceden especialmente a Fiona, hacen que se se nos vuelvan entrañables y que pronto nos encariñemos con ellos.
«Perdidos en París» habla esencialmente del amor, pero más que la historia que cuenta, se destaca el cómo la cuenta. De verdad es una cinta entrañable que hará que por un momento nos perdamos en el maravilloso y colorido de esta pareja que nos entretiene de gran manera y con mucho humor.
«Perdidos en París» se estrena mañana viernes 20 de octubre en cines nacionales, bajo el sello de Cine Caníbal.
Con imágenes cortesía de Cine Caníbal.
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