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Por Aranzazú Martínez Galeana.
Las elecciones se aproximan y con ellas nuestra incertidumbre sobre el futuro que nos deparará y no es para menos. Los candidatos de los tres partidos más fuertes reparten a diestra y siniestra promesas, planes y la fórmula mágica que sólo ellos y sus partidos creen poseer para cambiar la compleja situación actual en la que vivimos. Temas como pobreza, seguridad y empleo son los más recurrentes en su plataforma política sin embargo, en su agenda informal el desprestigio hacia sus contendientes más cercanos también ocupa un lugar privilegiado. Por si esto fuera poco, los actos baratos y acartonados de cada uno de ellos se ha vuelto el pan de día en sus campañas. Si leemos los encabezados o titulares de diarios internacionales la situación pinta aún más desesperanzadora. El New York Times considera que las próximas elecciones son una batalla entre el “Niño Bonito”, “la Quinceañera” y el “ Mismo de siempre”, pero más allá de las percepciones que se tengan más allá de nuestras fronteras, lo importante es saber dónde estamos, hacia dónde vamos y el camino que elegiremos para conseguirlo.
Honestamente las opciones son limitadas, por no decir mediocres, pero siendo tremendamente conformistas lo que vemos es lo que tenemos. Ahora bien, ¿qué se puede hacer? Muchos argumentarán que nada, que sólo queda esperar el resultado de las próximas elecciones y poner la mejor cara durante los próximos seis años; otros irán a las urnas para después anular su voto; otros más se vestirán de azul, rojo, amarillo o verde y demás opciones según el partido en el que creen o en el que militan sin siquiera investigar las propuestas de cada uno de sus candidatos, y otros más criticarán e investigarán un poco más. ¡Unámonos al último grupo! Leamos las propuestas, analicemos lo que sus discursos dicen, escuchemos sus entrevistas. En pocas palabras, seamos parte del mismo proceso electoral. Dejemos de hacerles creer que las elecciones ya están ganadas o que ya la tienen fácil por ser ya el ganador según una televisora o por ser mujer o porque ya le toca ganar. Dejemos de actuar como una población maleable al gusto y necesidades del político medio y volvámonos una población crítica y actuante. Suena a cliché lo sé, pero en nuestras manos está decidir qué México queremos tener.
Cada seis años tenemos nuevamente la posibilidad de decidir si vamos bien o nos regresamos. No volvamos al tiempo en que el dado ya estaba cargado y el ganador ya había sido elegido de antemano sin contar con el parecer de la población. (Aclaro, no me refiero a un partido, me refiero al rol que dimos por hecho que como sociedad merecíamos y asumimos). Nos enseñaron a obedecer y a aceptar, pero temo decir que a muchos no nos inculcaron cómo saber decidir y menos aún, actuar. Sin embargo, hay condiciones políticas que han permitido una competencia más real, menos ficticia y más transparente. Hagamos uso de este escenario para elegir a conciencia a nuestros actores políticos del próximo sexenio. No seamos títeres guiados por promesas vagas y sonrisas falsas. Votemos no por el menos peor, México ya está cansado de eso. Ya hemos tenido muchos así, ¿cierto? Por lo pronto les dejo sus páginas oficiales:
http://nuevaalianza.mx/
http://josefina.mx/
http://enriquepenanieto.com/
http://www.amlo.org.mx/
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