Por Asfaltos.
Viernes, Viernes Santo que culmina una semana tranquila y para muchos -condenados afortunados- de vacaciones. Por ello, para entrar en el mood del día, el recuerdo de una de mis versiones favoritas en lo que respecta no solo a la música de estos días, sino también a la música parte de la historia del rock mundial.
Con música de Andrew Lloyd Webber y letra de Tim Rice, en 1970 nació «Jesucristo Superestrella», ópera rock que se ha convertido con los años en un clásico de la época. La ópera, adaptación libre de los Evangelios, presenta los últimos días de vida de Jesús de Nazaret, desde sus preparativos hacia Jerusalén hasta lo que fue su crucifixión.
En la antesala del lanzamiento de la puesta, la producción grabó un álbum con Murray Head como Judas, Yvonne Eliman como María Magdalena, y sí, el mismísimo Ian Gillan -vocal de Deep Purple– como Jesús. Para la versión en vivo, así como para la posterior película que le lanzaría a la fama, Gillan ya no formó parte, aunque su inmortal interpretación se quedó para siempre no solo en la memoria, sino afortunadamente también en grabación.
Ahora que esta semana he estado escribiendo mucho sobre la representación de Jesús en el cine, sobre todo las que han generado polémica; valdría la pena anotar que «Jesucristo Superestrella» (1973) no fue la excepción. Criticada y condenada por diversos grupos religiosos como blasfema, «Jesucristo Superestrella» se destacó por su representación humana de Jesús, así como por su crítica a los años en los que se producía.
«Gethsemane (I Only Want To Say)» en la versión de Ian Gillan es el poderoso grito de un Jesús muy humano que pide simplemente conocer las razones por las que su padre, Dios, le mandará a morir en la cruz. Insisto, si se supone que Jesús fue hecho a semejanza de hombres y mujeres en la tierra, ¿por qué la ofensa de tener a un Jesús más empático? Es pregunta.
¡Buen viernes, banda! ¡Mejor fin de semana!
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