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«Detroit Become Human»: La revolución de los androides que soñaban con ovejas eléctricas

Por Ligiaele.

El título de esta nota hace referencia al tópico de los androides y de todo lo que me remite a lo relacionado con películas e historias de ficción, cuyos mejores ejemplos serán siempre para su servidora  la novela de Philip K. Dick, «Do Androids Dream of Electric Sheep?», y por supuesto la «Saga de la Fundación» del creador de las tres leyes de la robótica, Isaac Asimov. Ambos trabajos literarios nos han brindado grandes historias cinematográficas, pero en esta ocasión el director de videojuegos David Cage, finalmente nos comparte su visión del mundo en 2038 acerca de cómo la inteligencia artificial ha evolucionado de tal forma que los androides comienzan a autoproclamarse seres vivos, y están dispuestos a luchar para ser reconocidos como tal y dejar de ser únicamente objetos esclavizados por los seres humanos.

Desde 2012 Cage soltó un video en la plataforma YouTube que tuvo más de 25 millones de reproducciones, y en donde nos presentaba a «Kara», un androide modelo AX400 que no desea ser destruida; Cage presentaba así al espectador las expresiones faciales y emotivas que posee uno de los protagonistas del juego.

 

El pasado 25 de mayo finalmente «Detroit: Become Human» se puso disponible. Desarrollado por Quantic Dreams bajo la exclusividad para las consolas de PS4, el director y escritor del juego nos remite a la ciudad de Detroit a finales del año 2038, en donde gracias a nuestras decisiones sobre ciertas acciones e interacciones con los personajes de la historia, obtendremos alguno de los presumibles 6 finales. Finales que en lo personal, son verdaderas encrucijadas en donde nuestro buen juicio, moralidad o simplemente la postura que deseemos tener para decidir el futuro de nuestros 3 personajes, Kara, Markus y Connor, tienen tremenda importancia.

El actor Jesse Williams es quien da vida a Markus, su propósito era el de cuidar a un paciente geriátrico. Este paciente es un artista plástico quien consideró al androide como un hijo, y lo trató como tal al inculcarle altos valores humanos y un vasto conocimiento en literatura y otras artes. Lo anterior combinado con un hecho desafortunado en su hogar, obliga a Markus a unirse a la «rebelión de las máquinas» y convertirse en el vocero y líder de esta causa.

La voz y caracterización de Kara provienen de la actriz Valorie Curry. El propósito de este androide era el cuidado de los niños y las labores del hogar, pero en la casa en la que se encuentra la familia está quebrada por el alcoholismo y violencia por parte del jefe de ésta. Kara ha sido víctima de esa violencia, pero cuando comienzan los ataques contra Alice, la pequeña a la que debe cuidar, comienza la lucha interna de ella para romper la programación a la que debe apegarse y proteger a la pequeña niña a costa incluso de su vida.

Connor (Bryan Dechartes), el tercer androide protagonista del título y con quien inician las primeras escenas del juego, descubre la ola de crímenes por parte de los androides que van incrementando de manera diaria; por ello, para detenerlos, brinda asistencia a los detectives policiales asignados por parte de la empresa Cyberlife, el corporativo responsable de la fabricación de los androides.

La realidad para estos 3 personajes es que se encontrarán con el odio de los humanos, algunos de ellos al haber perdido su trabajo y ser reemplazados por estos asistentes tecnológicos; otros por haber sido afectados con alguna pérdida de seres queridos al ser los encargados de llevar a cabo prácticas médicas. El trato que los humanos les dan a los androides me recordó a los años 60 en los Estados Unidos de América, en donde el racismo discriminaba a la gente afroamericana, tanto que debían viajar en habitáculos o transportes específicos para ellos; me hizo pensar en la violencia que sufrían en la calle pero también en las marchas pacíficas que realizaban exigiendo su igualdad y reconocimiento para sus derechos civiles.

La ambientación en la ciudad de Detroit es realmente exquisita, está llena de detalles, e incluso varias de las tomas fueron realizadas en la ciudad y modificadas digitalmente con la modernización imaginativa de David Cage. El diseño de personajes también es impresionante. En el menú del juego, Chloe nos recibe, bromea con nosotros, lleva un control estadístico impresionante del juego, e incluso sabe si tomaste pausas largas o cortas o si jugaste bastante tarde o temprano. También tiene una encuesta bastante interesante que arroja resultados interesantes de todos los jugadores que la hemos contestado.

Personalmente considero a muchos de los videojuegos como obras de arte, y éste no es la excepción. La historia es narrada cinematográficamente y con gráficas de altísima calidad y detalle, tanto que mi pobre PS4 parece que despegará de la habitación en cualquier momento; tanto que además me ha avisado un par de veces que lo deje enfriar, ya que entre el calor que estamos viviendo en la ciudad en estos días y el alto esfuerzo de procesamiento, hay que decir el pobre queda rendido. Desconozco pero imagino que en la versión PRO de esta consola debe correr sin problema y de manera silenciosa, pero a pesar de eso agradezco su esfuerzo y desempeño. El despliegue gráfico es impresionante, tan solo adelanto que el nivel de detalle llega hasta el desarrollo de una gota de lluvia perfectamente formada o la armoniosa caída de copos de nieve, e incluso las bellas ondas formadas en un lago que se pueden observar y disfrutar.

Uno de los detalles que más me agradaron, es el aprovechamiento del pad táctil que tiene el control; a lo largo del juego se pueden encontrar revistas y al leerlas se debe deslizar el dedo en diferentes sentidos para cambiar de hoja o para cambiar de artículo. Y no sólo eso, son breves textos pero demasiado reflexivos exponiendo de manera mediática los muy probables sucesos en el futuro de la humanidad, como la extinción de las abejas y la consecuencia de ello; el derretimiento de los glaciares y del aumento del nivel del mar en las ciudades costeras además de cómo éstas se ven afectadas; o las posibles misiones espaciales comandadas por androides que definitivamente conviene encontrar: son cerca de 46.

 

Lo más importante del juego es el mensaje de trasfondo que el trabajo de este director nos deja, lo reflexivo que resulta este título, desde el discurso de uno de los androides podemos encontrar las similitudes y demandas que en su momento se llevaron a cabo en  la lucha por los Derechos Civiles de la Comunidad Afroamericana en los Estados Unidos, o la forma en que son tratados los indocumentados.

Debo confesar amable lector, que soy una seguidora asidua del trabajo en cuanto videojuegos se refiere de Cage; éste juego es el que más esperaba este año y no me ha decepcionado, por el contrario, hacía un rato que mi consola casera estaba abandonada porque no encontraba un juego que me atrajera, pero con éste he compartido bastantes horas últimamente en búsqueda de la resolución del conflicto entre humanos y androides.

¿Les interesa hacerse de él? Denle click aquí.

Esta nota se escribió escuchando «Minus Human (Detroit: Become Human)» de Divide.

 

 

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