Por Fernanda Pazarán.
El pasado miércoles, Juan Guaidó se declaró el presidente interino de Venezuela y con ello surgieron toda clase de posturas. Desde una perspectiva realista, los actores internacionales apoyan a determinada persona por mero interés. La resolución de la crisis dependerá de qué tan bien jueguen sus cartas Maduro y Guaidó.
Venezuela sufre de tres males: corrupción, pobreza y un gobierno dictatorial. El problema en principal es que un petroestado (economía está basada en las ganancias de las exportaciones de petróleo), los Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA) son la mina de oro para el gobierno y había tenido resultados millonarios, sin embargo, la productividad ha disminuído y la poca transparencia que hay en la empresa, han llevado al país a la quiebra.
Rusia y China son actores que han otorgado préstamos para que siga habiendo productividad. Varias empresas estadounidenses mantienen sus operaciones aunque pierdan dinero. Estados Unidos ahora sí está reclamando la protección de derechos humanos del pueblo venezolano. Intentaré resumir los intereses de los actores involucrados hasta el momento para que posteriormente concluya con una prospectiva.
Maduro
El presidente socialista mantiene el apoyo del grupo más alto del ejército y eso lo tiene tranquilo. Su legitimidad está en tela de juicio, sin embargo, él afirma que las elecciones fueron democráticas y que ganó con el 68% de los votos. Pero también el hecho de que quiera sacar las reservas que tiene en otros países, nos deja intuir que sabe perfectamente que le queda poco tiempo; hay una cuenta regresiva para su mandato y si no quiere terminar asesinado, tendrá que huir mientras pueda.
Juan Guaidó
Poco a poco hay gente sumándose a su movimiento, y con ayuda del Parlamento, están alistando el procedimiento para convocar a elecciones. El personaje más importante que lo respalda, es el gobierno estadounidense que a su vez lo apoyan los europeos y el presidente de Brasil, Bolsonaro. Sería demasiado idealista pensar que EE. UU. lo hace por su buena voluntad y la obligación de expandir los derechos humanos. De cualquier manera, Guaidó necesita convocar a elecciones para que su movimiento adquiera legitimidad, sin embargo, el pueblo se ha levantado y eso muestra el hartazgo hacia la mala administración de Maduro.
Estados Unidos
A pesar de la política nacionalista de Donald Trump y el hecho de que poco a poco se ha ido saliendo de otros asuntos internacionales, parece extraño que ahora tengan la intención de que Venezuela recupere su democracia. La guerra es el juego favorito del gobierno norteamericano. Debemos recordar que el intervencionismo gringo siempre tiene un interés económico que lo respalda, en ese sentido, lo más obvio sería pensar en el petróleo y más porque el pasado lunes 28 lanzaron sanciones económicas con lo que bloquean los ingresos que genera.
Rusia y China
Los enemigos acérrimos de EE. UU., que siempre van a llenar los espacios que éste último deja. Tener un aliado en América implica una estrategia geopolítica, les permite tener un poco de control, además de que el petróleo seguirá siendo un recurso atractivo para muchos países.
México
La política de no intervención es una regla para la política exterior nacional, a pesar de las múltiples consecuencias, nuestro país es muy respetado a nivel internacional porque mantiene un discurso congruente. Es una realidad que México no apoya la violación a los derechos humanos hacia los venezolanos, pero la diplomacia mexicana demanda orden y legitimidad en los procesos. De la misma manera, Bolivia y Uruguay, buscan una resolución pacífica.
En conclusión, el interés principal es el petróleo, pero el interés que se comunica en medios son los derechos humanos que merecen los venezolanos. A pesar de que la milicia apoye a Maduro, la Guardia Nacional no reprimió a los manifestantes el pasado miércoles. El PDVSA ha perdido 11,000 millones de dólares por las sanciones impuestas, la presión de Maduro es inminente, por lo que será indispensable que consiga dinero; tal vez lo ayudarán sus aliados, o cederá a las peticiones de Estados Unidos. Maduro tiene que admitir la derrota, destruyó la economía, sociedad y el sueño político bolivariano: es hora de irse. Las elecciones democráticas serán posibles si el Parlamento y Guaidó logran unirse y difundir el evento democrático. Venezuela necesitará mucho tiempo para que pueda recuperarse de crisis económica, pero ésto es inicio del fin.
Foto: CNN en Español.
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