Por Valeria Ramos y Daniel Cano.
La ópera prima del director paraguayo Marcelo Martinessi es sin duda una obra excepcional.
«Las herederas» cuenta la historia de Chiquis y Chela, dos mujeres en una relación amorosa que han pasado sus vidas enteras viviendo de los privilegios que les dejaron sus padres. Acercándose a la tercera edad, Chiquis es acusada de fraude y enviada a la cárcel, forzando a Chela a vender todas sus pertenencias para poder pagarle a un abogado.
Un día, una de sus vecinas llega a su casa pidiéndole a Chela un pequeño favor: llevarla a casa de una de sus amigas. Lo que inicia como algo aparentemente sencillo se convierte en una experiencia que cambiará la vida de Chela cuando conoce a Angy, una mujer sin escrúpulos que le pide llevar a su madre al hospital una vez a la semana. Chela pronto descubre su atracción hacia Angy y busca algo con ella mientras Chiquis permanece en la cárcel.
El filme de Martinessi es lento, pero logra así construir cada uno de los deseos, confusiones y aspiraciones de sus personajes de manera excepcional. Tomando como base la historia clásica de Perceval, Chela mirará a Angy como su Santo Grial, la cual constantemente se escapará de sus manos ante la duda de seguir sus impulsos o ser fiel a su amada que se encuentra presa.
Sin duda alguna Ana Brun, la actriz encargada de darle vida al personaje principal, es el alma de «Las herederas». Su mirada y actuación con gestos sumamente sutiles logran transmitir cada emoción de su personaje sin necesidad de usar palabras; misma actuación que le valió el Oso de Plata a «Mejor actriz» en el Festival Internacional de Cine de Berlín.
«Las herederas» es una clara muestra de un trabajo excelente de actuación, dirección, guión y montaje. Sin duda alguna, se trata de una historia poco común de ver en el cine contemporáneo.
Esperen «Las herederas» próximamente en salas nacionales.
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