Buen provecho.

Buen provecho

  • Por Elizabeth Aguilar Quintana.

    Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son. [1]

    Día a día te sientas, disfrutas el sabor del sazón, comida fresca, recién preparada. No importa de donde viene, no existe pensamiento alguno, únicamente satisfacer la necesidad de comer. Pero, ¿hemos pensado en algún momento, si todos lo mexicanos podemos satisfacer una de las necesidades básicas del ser humano?

    Buen provecho.

    Buen provecho.

    La falta de equidad en la distribución alimentaria en México ha generado desnutrición y obesidad, el problema no es la insuficiencia, es la repartición. De acuerdo con Nuria Urquía Fernández, la representante en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la pobreza alimentaria en México ha ido incrementado, esto gracias a la crisis mundial, concretamente al alza de precios de los alimentos. De 2006 a 2012 el empobrecimiento de la población pasó de un 13% a un 18%.

    México es un país rico en recursos naturales; a diferencia de países como Japón el acceso a frutas y verduras es relativamente fácil. Sin embargo el énfasis en la producción masiva de alimentos ha fomentado la desaparición de la diversidad de frutos y vegetales. Los alimentos se venden al mejor postor sin importar la hambruna que esto puede generar en las diversas comunidades.

    El reto es grande pero existe la voluntad de distintos actores, los legisladores mexicanos en conjunto con otros países como Argentina, Ecuador, Colombia, Paraguay, Uruguay, República Dominicana, Nicaragua y Honduras han creado el frente Parlamentario contra el Hambre. Pero la tarea no queda únicamente en manos del Estado, existen organizaciones como Alimentos para todos I.A.P. que se dedican a recuperar alimentos aprovechables que no se logran comercializar en los canales normales y los ponen al alcance de Instituciones que brindan apoyo a la población vulnerable y a comunidades marginadas. Por medio de su «Modelo Integral de Atención Alimentaria» contribuyen a mejorar los niveles nutricionales y educativos.

    El esfuerzo es conjunto, no basta la reglamentación, es necesaria la cooperación de los diversos sectores de la sociedad; es indignante pensar que mientras algunos mueren de ataque al corazón derivado de la obesidad, otros tantos mueren de desnutrición. Familias marginadas dedicadas a la producción de alimentos, los cuales no pueden consumir.

    No menospreciemos el trabajo del campo, aboguemos por una repartición justa de los alimentos, precios competitivos que permitan el desarrollo de las comunidades más pobres. Pago justo por su trabajo y acceso a la alimentación como uno de los derechos fundamentales, tal como lo enuncia la Constitución en su artículo 4 [2]. No permitamos que la única igualdad en México sea la muerte.


    [1] Abraham Lincoln (1808-1865) Político estadounidense.
    [2] Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El estado lo garantizará.

     

     

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