Decía el recién fallecido José Emilio Pacheco que una de las cosas que más extrañaba a su avanzada edad, era recorrer la ciudad en Metro. Hay cierto encanto en subirse al Metro, eso sí, fuera de las «horas pico». En algunas estaciones, desde hace ya algunos años, hay varios atractivos; uno de ellos Del códice al mural.
Del códice al mural es el título del trabajo del artista Guillermo Ceniceros, nacido el 7 de mayo de 1939 en El Salto, Durango. El artista, graduado de la Escuela de Artes de la Universidad de Nuevo León, colaboró en su momento con el también muralista David Alfaro Siqueiros en siete de sus murales más importantes; uno de ellos La Marcha de la Humanidad, ubicado en el Polyforum Siqueiros.
Del códice al mural lo pueden admirar en el Metro Tacubaya de la Línea 1. A lo largo y ancho de 600 metros cuadrados, Ceniceros coloca una especie de resumen de los códices Ramírez y Boturini que revelan pasajes sobre la peregrinación mexica de Aztlán a Tenochtitlan. Con cédulas de información como guía, Del códice al mural resulta un viaje por la historia al que nos transportamos con ayuda del Metro.
A través del mural nos encontramos con la fundación de Tenochtitlan; los tlatoanis mexicas Chimalpopoca, Itzcoatl, Moctezuma Ilhuicamina, Axayacatl, Tizoc, Ahuizotl, Moctezuma Xocoyotzin, Cuitlahuac y Cuahutemoc; la Triple Alianza integrada por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan (Tacuba); la máxima deidad mexica, Huitzilopochtli; su madre, y madre de la tierra, Coatlicue; Coyolxauhqui; y las principales deidades del Paneteón Mexica (Tezcatipoca, Quetzalcoatl y Mictlantecuhtli), entre otros elementos.
Trabajado en acrílico y fibra de vidrio, Del códice al mural se inaugura el 25 de mayo de 1987 tras más de un año de arduo trabajo; sobra decir que valió la pena el esfuerzo empleado.
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