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Por Katia Stephanie Ibáñez Del Rivero.
Servicio, honor, inspiración, disciplina, utilidad. Con estas cinco palabras es que Saya Iván Lacouture describe a la marcialidad que ha adoptado como forma de vida durante los últimos años: el Bando Thaing.
Iván es una persona normal. Si te lo encuentras el día de mañana en la calle no te de la impresión de ser alguien peligroso. Tampoco te imaginarías que este chico que no llega a los treinta años es el Representante Latinoamericano de la Federación Mundial de Bando y Presidente de la Asociación Mexicana de Bando.
Pero cuando lo conoces, entiendes porqué eligió el bando como forma de vida. El bando es una marcialidad (así se les llama a los diferentes estilos de artes marciales) que se define como la única marcialidad holística, es decir, va más allá de la técnica y los torneos. Las personas que practican bando pasan por una serie de pruebas físicas, psicológicas y de comportamiento antes de ser aceptados como alumnos. Además, las clases no son únicamente sobre la práctica del estilo, sino que ven temas morales, éticos y espirituales. Se busca que los alumnos desarrollen junto con las habilidades, un nivel de conciencia profundo y que sus acciones se vean reflejadas en su vida personal y en su impacto y participación con la comunidad a la que pertenecen. Dicho de forma muy clara, bando promueve que las personas sean mejores seres humanos.
Iván nos platica que no significa que el bando sea mejor que otras prácticas, sino simplemente diferente. El bando busca salirse de los parámetros normales y de las cuatro paredes del salón de prácticas. Promueve y ayuda a sus alumnos y practicantes a lograr equilibrio y armonía entre mente, espíritu y cuerpo. Una parte muy importante del entrenamiento básico consiste en enseñar a los alumnos a evitar la confrontación, ya que el bando curiosamente tiene como parte de su filosofía la no violencia, que es muy diferente a saber defenderte en caso de ser necesario. Lamentablemente, la mayor parte de la gente que llega a su instituto es porque ya han sido víctimas de algún acto violento. Dice que lo ideal es aprender a cuidarse uno mismo de manera preventiva puesto que parte del entrenamiento consiste en enseñar a los alumnos que las situaciones peligrosas o los enfrentamientos se evitan en un 80% con prevención, en un 15% por disuasión -intimidando, persuadiendo o huyendo- y que sólo el 5% se soluciona con el combate. La seguridad y la prevención son cosas que normalmente son poco prioritarias u olvidadas por la mayor parte de la gente, pero Iván opina que son tan importantes como el sueño o la comida.
Pero no se confundan, el bando es una marcialidad exigente, dura y que contempla una gran gama de especialidades después del entrenamiento básico. Puedes aprender cosas como el manejo de cuchillos o técnicas avanzadas de supervivencia urbana.
Obviamente estos son niveles avanzados a los que sólo puedes obtener acceso si has aprobado satisfactoriamente las etapas previas y demuestras las aptitudes físicas y mentales para adquirir estos conocimientos. Otro requisito importante es que demuestres que realmente necesitas el entrenamiento y que sabrás utilizarlo de forma correcta. Iván sabe que hay ciertas habilidades y conocimientos que en las manos equivocadas con las intenciones erróneas pueden resultar en consecuencias catastróficas.
Es por esto que los profesionales de bando son muy celosos de su entrenamiento y se dan el lujo de rechazar alumnos si ven focos rojos en su actitud o personalidad. Se realizan numerosos filtros y pruebas de aptitud antes de aceptar a un alumno en cursos avanzados. Las enseñanzas que podrían resultar letales no se toman a la ligera y en todos y cada uno de los programas se busca incentivar valores, apelar a la conciencia del individuo y promover la espiritualidad y el lado humano de las personas.
Quizá sea ésta una de las razones por las cuales el bando es poco conocido y prácticamente cero comercializado a pesar de que tiene cerca de 70 años de existencia, además de contar con sus propios eventos y competencias internacionales. Bando surge poco después de la Segunda Guerra Mundial en Birmania, lo que hoy conocemos con Unión de Myanmar. Un grupo de guerreros locales se da a la tarea de recopilar, proteger y poner en práctica los conocimientos y el entrenamiento al que han sido sometidos. Es un entrenamiento tan duro y efectivo que en la década de los 50’s llegó a los Estados Unidos y se usa desde entonces como programa de entrenamiento para grupos de fuerzas especiales en el ejército estadounidense y en la Legión Extranjera Francesa -que es un grupo de fuerzas de elite constituido por voluntarios-.
Si tienes algún interés en aprender esta disciplina o simplemente quieres conocer más al respecto, te dejamos los datos de Bando México donde Saya Iván atenderá todas tus preguntas.
Bando México Sur
Centro Nacional de las Artes
Sábados de 10:00 a 13:00
Saya Iván Lacouture
Tel. 1315-7798
Cel. 55 4036-8246
Zona Oriente
Instructor. Carlos Hernández
Cel. 55 3524-1277
Parque México
Instructor Manuel Palacios
Cel. 55 6705-2588
CU Facultad de Psicología
Instructor Jesús López
Cel. 55 5106-5284
Querétaro
Bando Bajio
Instructor Oscar Hernández
Cel. 44 2339-0226
Lunes a jueves de 5 a 6 pm; martes, miércoles y jueves 9 a 10 am, y de 9 a 10 pm
Lunes a viernes 6 a 8 pm (avanzados)
Sábados (entrenamientos de campo) de 9 a 11 am
Av. Hércules, #102 Ote., Colonia Hércules, Querétaro
bandomexico@hotmail.com
Facebook: Bando México
Buen aporte, siento que faltó mas «ponch» en la síntesis sobre la practica marcial, saludos.
Por otro lado a mi si me da miedo Iván si lo veo en la calle, y muchas felicidades por ser tan joven y tan emprendedor.