Por Asfaltos.
El fin de semana pasado me lancé al Mercado de Sonora, mercado que si no han visitado, los invito a hacerlo en el momento que puedan. Único en su tipo, no exagero en asegurarles que en su visita se darán un viaje por la enorme cantidad de productos… y de gente. Bien, pues ahí estaba yo, camine y camine hasta que me encontré con ella: la vendedora de pollos.
Nacidos a mediados de los noventa, en tiempos en los que bandas como Maldita Vecindad, Café Tacvba, Sekta Core y Panteón Rococó, entre otros, dominaban la escena; apareció un grupo llamado Hakuna Matata. Carlos Elizalde, Israel Terán, Gabriel Quijada, Santiago López e Isaac Guerrero eran los responsables del proyecto.
Con un ska punk mexicano muy alocado, los Hakuna Matata incendiaron escenarios como el Centro Cívico de Ecatepec, la Arena Adolfo López Mateos, el Teatro Metropólitan y el Multiforo Cultural Alicia, por mencionar algunos.
Su sonido, auénticamente provocador, rememora un tiempo que fue, pero que a la vez marcó a toda una generación. Sus letras, alocadas, son sinónimo de la juventud de su tiempo.
De Hakuna Matata, de su álbum «Ya está aquí», les dejo yo con «La ruca que vende pollos en el Mercado de Sonora», melodía que apareció de inmediato en mi cabeza mientras veía la técnica de aquella vendedora de pollos con la que me encontré. Vendedora, que por cierto, no llamaría yo ruca…
Foto: Matias Dutto.
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