
Por Asfaltos.
«Cuando era más joven solía ser mucho más románticamente unido a un trabajo muy oscuro, ahora a medida que envejezco estoy en busca de un trabajo que ofrece, a falta de una palabra mejor, esperanza», así se expresaba el recientemente fallecido ilustrador y escritor de cómics Darwyn Cooke, cuyo trabajo nos queda como testigo de un hombre que en sus trazos buscó siempre la luz de la humanidad en sus personajes.

Todo fue tan repentino que apenas podemos reparar que Cooke nos ha dejado físicamente. El viernes pasado su esposa Marsha publicaba en el blog del artista que éste recibía «cuidados paliativos después de una batalla contra el cáncer agresivo«. A la mañana siguiente, en el mismo espacio, se nos informaba que Cooke había muerto en su hogar de Florida a causa de la enfermedad.
El canadiense Cooke, para quienes son ajenos a su trabajo, fue uno de los más recientes artistas destacados en el mundo del cómic. Si bien muchos le recordarán por su trabajo en DC Comics, Cooke también trabajó en series como «X-Force», «Wolverine/Doop» y «Spider-Man’s Tangled Web» para Marvel Comics. Es, sin embargo, su paso por DC el más recordado.
Una decisión le resultó fundamental, pues después de alejarse del mundo del cómic tras su primera publicación en la «New Talent Showcase #19», recibió la atención que merecía tras integrarse al equipo de la legendaria «Batman: The Animated Series». El trabajo, al que se unió después de contestar un anuncio publicado por Bruce Timm, le abrió muchas puertas a Cooke, a quien además le tocó el honor de ilustrar el famoso intro de la otra serie animada «Batman Beyond».
Tras el éxito, «Batman: Ego» se convirtió en su primer novela gráfica. En la historia, escrita también por él, nos presentó la lucha entre Bruce Wayne y su álter ego Batman; argumento que si bien ya había sido abordado en otros momentos, con el arte de Cooke se destacó brindándonos un ángulo muy particular de un trabajo que vale la pena volver a revisar.

El también padre de las ahora icónicas gafas de Gatúbela, entregó varias imágenes dignas del recuerdo como aquellas portadas variantes realizadas precisamente para DC Comics. Wonder Woman rockeando en un festival; Batichica en una persecución policiaca; su particular visión de los villanos de Batman; y quizá una de mis favoritas, un Bruce Wayne que yace en un sillón cansado mientras su siempre fiel Alfred le arropa.
Su trabajo más conocido y destacado por los fans fue sin duda «DC: The New Frontier», miniserie de seis números que le valieron al artista su reconocimiento con el Eisner Award de 2009. La historia, ambientada en la década de los 50, presenta el regreso de los súperhéroes tras una época de declive, uniéndose a nuevos héroes para luchar contra una amenaza alienígena.

Otro trabajo destacado, como el propio cineasta mexicano Guillermo del Toro recordó vía redes sociales, fue su adaptación de la novela de crimen «The Hunter» de Donald E. Westlake: «Richard Stark’s Parker: The Hunter». La novela gráfica quedó impregnada para siempre con las tintas azules y los trazos siempre escandalosos del trabajo de Cooke.
De lo último que personalmente conocí de Darwyn Cooke, y a manera de despedida de su gran trabajo como artista y ser humano, les dejo con la animación realizada con motivo del aún reciente aniversario 75 de Batman. En él, con «Batman Beyond» como base, nos encontramos por última vez con el viejo Bruce Wayne acompañado del joven Terry McGinnis; ambos uniéndose para enfrentar a un Batman androide que tiene como misión matarles. La trama, sencilla, da cuenta de la imaginación de un artista cuyo trabajo le ha convertido desde el pasado fin de semana en un personaje inmortal. ¡Hasta siempre Darwyn, hasta siempre genio!
RUGIDO DE LA SEMANA: Me lancé al cine el pasado fin de semana para encontrarme con una cosa absolutamente inusual: una cinta mexicana en más de dos salas de un mismo complejo cinematográfico. Sí, me refiero a la cinta mexicana «¿Qué culpa tiene el niño?» producida y protagonizada por «lo más cercano a una estrella de cine que tenemos en México», Karla Souza. La cinta, cuya reseña leerán pronto en Reconoce MX, ciertamente no está para complacer a la crítica nacional; pero sí a los espectadores. Basta con darse una vuelta a las redes sociales para ver que la película cumple con un público que cuando le gusta un producto, lo recibe bien y apapacha. Yo soy de los que siente que el éxito de una cinta mexicana le cae bien a la aún tambaleante ¿industria? cinematográfica nacional. Por eso, en lo que a eso respecta, bienvenido su éxito.
Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.



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