Por Karla León.
El pasado 10 de septiembre fue una fecha memorable para muchos en El Plaza Condesa, sitio donde todo estuvo perfecto para recibir a la nipona LiSA como parte de su tour «Live Is Smile Always ~Hi! FiVE~”.
Desde muy temprano los fans se congregaron en el lugar de la cita para reservar los lugares que los llevaría a experimentar uno de los eventos más esperados de la música japonesa en tierras aztecas. Y es que no se trata de una cantante cualquiera, LiSA ha dado un gran salto en el género del rock y el pop en su tierra natal, colocándose como una de las artistas más populares y solicitadas en el medio, donde sus canciones han formado parte de una gran cantidad de animes como «Sword art online», «Fate/Zero», «Day break illusion» o «Angel beats», por decir algunos.
Esto ha dado pauta para que en los últimos años cada vez más fans se sumen en sus filas, y México no es la excepción, pues desde el año pasado LiSA dejó entre muchas emociones, la satisfacción y el deseo del público por volver a verla de regreso.
Es así, que con esta nueva gira promocionando su más reciente material «LUCKY Hi FiVE!», y con una lista extensa, suculenta y disfrutable de sus mejores canciones empezó el tan ansiado momento con el ya tradicional “¡olé, olé, olé, olé… LiSA, LiSA!”, coro cantado por todos los asistentes para llamar a LiSA al escenario, misma que respondió con su presencia y un “¡hola México!” aclamado al momento con gritos y aplausos entusiasmados. No haciendo esperar a su público, puso desde el primer momento a todos a saltar y corear al ritmo del J-rock temas como “Believe in myself”, “Crossing field” y “Oath sign” que no se hacen esperar para prender la euforia del público de principio a fin.
Bastante animada y con la energía que la caracteriza, LiSA dedicó algunas palabras en español que fueron de un “¡regresé!” con mucha nostalgia, seguido por un “¿están listos?” con el que prosiguió el show con “Electro lyrical” y una coreografía bastante representativa; mas no sin antes enseñar a todos, los pasos a seguir, repitiendo un par de veces y expresando “¡qué chingón!” para dar aprobación a que los pasos de baile estaban aprendidos. Así, dio inicio la tan reconocida canción que hizo mover a más de uno, o mejor dicho, a demasiados.
Pasando de la energía y el furor a flor de piel a algo más suave, sentimental y vocal, LiSA nos regala grandes momentos al escuchar «Ichiban no takaramono» o “Shirushi”, donde seguramente a más de uno se le salió una que otra lágrima.
Otro momento bastante curioso y bastante marcado fue el nacimiento de un nuevo coro, pues al comenzar a presentar a la banda que la acompañaba, bastó con que Pablo, un guitarrista de ascendencia española, mostrará un poco de sus movimientos con su instrumento acompañado de un “¡hagan ruido!” para prender más los ánimos del recinto que dio como resultado que la gente empezara de manera espontánea a vitorear el “olé, olé, olé, olé… Pablo, Pablo!”, a lo que LiSA se mostró tan sorprendida que pidió le dijera lo que había dicho para segundos después repetir la frase y recibir la misma respuesta; no cabía la menor duda que los ánimos, la energía y la emoción estaban por el techo, la gente no paraba de cantar, pues las siguientes canciones en la lista daban paso para una noche que parecía no terminar, pues sonaron algunos de los temas más aclamados como «Rock mode», «Doctor», «BRiGHT FLiGHT» y del nuevo disco nos dejó deleitar canciones como «Psychedelic drive» y “Hi FiVE!”.
Con una aparente despedida, LiSA cantó el más reciente single “Brave freak out” del anime «Qualidea code» y salió del escenario con su banda. Sin hacerse esperar, el público comenzó a llamar a la cantante con el ya conocido coro del “olé, olé…”; parecía que no iban a regresar pero el público sin rendirse gritaba cada vez más y más fuerte, entonando de vez en cuando el nuevo coro hacia el guitarrista Pablo, en un afán porque la banda regresara para deleitar con al menos una canción más.
En incógnita y en el momento menos esperado, salieron, volvieron al escenario dando gracias por todo el apoyo, para que de inmediato sonara “Best day, best way”, el tema que cerraría una noche increíble llena de gritos, vitores, aplausos, risas y mucho, mucho apoyo por parte del público que logró que se tuviera un cierre memorable. Fue así que después de casi dos horas de energía pura, la cantante LiSA agradeció por tanto, se despidió con un gran y cálido “¡nos vemos pronto! ¡Bye-chi!”.
El evento terminó para algunos demasiado rápido y para otros con una gran satisfacción por lo vivido, cada uno llevándose a su manera una partecita de la experiencia; lo cierto es que LiSA nos dejó fascinados, no sólo por su increíble energía, su forma de cantar o de bailar, sino también por su forma tan cálida de ser con su público, un público mexicano que nunca paró de mostrar el gusto y apoyo por su música, llevándose seguramente una de las mejores experiencias de su gira.
Imágenes tomadas de las redes sociales de LiSA.
Leave a comment
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.