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«Rogue One: A Star Wars Story», un dulce para los fans

la-ballesta
Por Asfaltos
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Basada en el breve prólogo del scroll de aquella primera «Star Wars» (1977), rebautizada posteriormente como «Star Wars: Episode IV – A New Hope», se estrenó finalmente el pasado fin de semana la primer cinta de Star Wars «fuera» de la «saga episódica»: «Rogue One: A Star Wars Story».

Dirigida por Gareth Edwards, con las actuaciones de Felicity Jones, Diego LunaBen Mendelsohn, Mads Mikkelsen, Forest Whitaker, Donnie Yen, Wen Jiang y Riz Ahmed, entre otros, la más reciente cinta en la franquicia de Star Wars es indudablemente un deleite para los fanáticos más recalcitrantes de la saga. Un dulce, pues, para una fanaticada que se ha mostrado siempre exigente, y con la que Lucasfilm ahora en manos de Disney ha sabido lidiar con decisiones milimétricas pensadas en asegurar su futuro millonario.

La historia es sencilla. En los días previos al regreso de los Jedi -primero con la reaparición del legendario Obi-Wan Kenobi-, un grupo de rebeldes organizados se enfrenta al temible Imperio Galáctico para poner fin de ese modo a la dictadura que ha mantenido en la oscuridad al universo entero. En la búsqueda rebelde por una reorganización que les dote de fuerza para enfrentar más abiertamente a su enemigo, la también conocida como Alianza Rebelde pretende realizar todas las acciones que estén en sus manos para poder actuar como unidad y con acciones medidas y calculadas. Sin embargo, sin pensarlo, los rebeldes se enteran de la existencia de una arma imperial de destrucción masiva que podría acabar con sus anhelos: la Estrella de la Muerte.

Desmarcada desde el inicio como una película de la «saga episódica», sin el scroll ni el tema musical introductorios, «Rogue One: A Star Wars Story» fue desde su planteamiento inicial pensada como una apuesta más arriesgada pensando siempre en el futuro de la franquicia. De entrada la apuesta le salió bien a Luacsfilm, pues la cinta resulta igual de entretenida que la pasada «Star Wars: The Force Awakens», pero con cierta sensación de mayor frescura y «originalidad».

De entrada la elección de un director como Gareth Edwards, quien a pesar de seguir teniendo órdenes de las cabezas de Lucasfilm, se siente que contó con una mayor libertad de acción dada la propia naturaleza del proyecto. La razón de su elección, expresada por la propia líder del proyecto Kathleen Kennedy, era su manejo de la cámara distinto para una cinta que desde ahí debía desmarcarse de sus predecesoras. La sensación de estar en medio de una guerra, tanto a nivel de piso como en el espacio, es uno de los grandes logros de un joven director que explota aquella primera inspiración confesa de los primeros minutos de la batalla de Hoth en «Star Wars: Episode V – The Empire Strikes Back». Por otro lado, y recordando su labor al mando del regreso norteamericano de «Godzilla» (2014), otro logro de Edwards que resulta en un gran aporte para el universo de Star Wars, es sin duda el regalarnos una perspectiva distinta del tamaño y dimensiones reales de naves, vehículos, estaciones espaciales y soldados. Desde la impresionante toma de la Death Star en comparación con los ya de por sí imponentes Star Destroyers, hasta la vista a nivel de piso de los rebeldes enfrentando a los caminadores AT-ACT.

A su mando -y a la vez arropado también-, el elenco de Gareth Edwards en «Rogue One: A Star Wars Story» es sin duda otro elemento a destacar; empezando primero por su protagonista, una Felicity Jones que cumple con creces la encomienda de ser por segunda ocasión consecutiva la estrella principal femenina en una película de Star Wars. Diego Luna, por su parte, a mi gusto cumplió de gran manera con uno de los papeles más complejos que recordemos para un rebelde; mientras que Donnie Yen, Wen Jiang y Riz Ahmed cumplen con la encomienda de involucrarnos de manera muy básica con sus personajes para llamarnos la atención -sobre todo los dos primeros- de manera suficiente. Quizá Forest Whitaker es el único que no cuenta con gran suerte en la pantalla, y podría casi asegurar que no por él, sino por decisiones finales tomadas en la sala de edición que terminan por quitarle cierta importancia a su personaje. ¿Mi favorito? Sin duda Ben Mendelsohn, quien interpreta al villano principal Orson Krennic, un mando imperial que se lleva los aplausos sobre todo cuando interactúa con una de las dos grandes sorpresas de la película.

A nivel historia, como lo habíamos previsto, «Rogue One: A Star Wars Story» resulta una pieza fundamental para lo que se seguirá construyendo alrededor del universo de la franquicia. Una visión del uso de la Fuerza distinta a la clásica, así como una versión menos limpia de los rebeldes y en consecuencia una menos oscura de los imperiales, son tan solo algunos de los elementos que servirán indudablemente para alimentar futuros productos de Star Wars. Además, a la conexión evidente con la trilogía original, súmenle también un enlace más con la trilogía de las precuelas; es decir, son pasos firmes por intentar reconciliar las precuelas con los fanáticos. Sin quedar muy claro aún, pero en algo que apuesto terminará sucediendo, algunas de las semillas sembradas en «Rogue One: A Star Wars Story» serán fundamentales también para entender de mejor manera lo que sucederá en la nueva trilogía aún en curso.

Sin embargo, y sin dejar de verla con ojos críticos, «Rogue One: A Star Wars Story» tiene algunos otros elementos que tendrán que servir forzosamente como experiencia para mejorar, si esa es la intención. El ritmo de la cinta, por ejemplo, no resulta del todo parejo, sobre todo en el inicio; así como tampoco el desarrollo de los personajes, sobre todo de los que forman parte del equipo rebelde, de quienes conocemos muy poco o nada como para terminar encariñándonos con ellos -sobre todo el ya mencionado Forest Whitaker, cuyo personaje Saw Gerrera termina por sernos absolutamente indiferente-. Otro elemento que termina sin cuajar, y que se entiende por lo apresurado que estuvo en su etapa de producción, es sin duda la música; ya que los momentos más destacables siguen siendo los creados hace 40 y 30 años por JohnWilliams. Al momento, si me preguntan, no cuento con ninguna melodía memorable surgida de «Rogue One: A Star Wars Story».

Finalmente, y quizá como la crítica principal, Lucasfilm debe plantearse muy bien si dependerá eternamente del fan service excesivo para mantener a los fanáticos de hueso colorado. Obviamente una de las escenas finales, que vale por sí misma la película, es un fan service que se agradece y aprecia sin entorpecer de ninguna manera la historia que se cuenta; pero ya otros como el excesivo uso de la palabra esperanza (hope), así como los cameos tipo «el universo es muy chico en realidad», a mi modo de ver deberían de pensarse de mejor manera para no gastarlos ni repetirlos, sobre todo si la intención es estrenar películas de Star Wars hasta el final de los tiempos. Además, si bien es cierto que para muchos -y me incluyo- «Rogue One: A Star Wars Story» ofrece mayor sensación de novedad que «Star Wars: The Force Awakens», al final, en esencia, termina siendo la misma estructura pero con algunas piezas novedosas.

En conclusión «Rogue One: A Star Wars Story» es de entrada una cinta entretenida, pero que sigue sin arriesgarse del todo. Esperemos que los pasos más arriesgados se den pronto y no tarden mucho en llegar, porque si la fórmula se repite de entrada rumbo al próximo «Star Wars: Episode VIII», es probable que empiece a haber algún desgaste evidente, pues repetir todo una y otra vez, aunque sea con elementos que nos encanten, definitivamente terminará cansando y eventualmente aburriendo.

¿Recomendable? Sí, definitivamente. ¿La mejor película del año? No, tampoco.

IMG_5743Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.

 

 

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