#HoyToca: El tamaño del pene de Trump

Por Asfaltos.

«El arte es una mentira que nos acerca a la verdad», Pablo Picasso.

Las horas han pasado de forma lenta desde aquel 8 de noviembre de 2016 en el que de acuerdo a las reglas electorales de los Estados Unidos de América, era elegido como el próximo presidente el multimillonario Donald Trump. La decisión fue del pueblo estadounidense, pero el lamento indudablemente traspasó fronteras. Las libertades vivirán una dura prueba en la que se anticipa será una de las administraciones más polémicas en el vecino del norte. El arte, por ejemplo, puede ser una de las grandes víctimas.

Apenas ayer jueves, el día previo a la toma de protesta de Donald Trump como el presidente 45 de los Estados Unidos de América, la administración anticipaba algunos recortes relacionados al sector cultural. La desaparición de la Fundación Nacional para las Artes (N.E.A.) y la Fundación Nacional para las Humanidades (N.E.H.), así como la privatizaciín de la Corporación para la Radiodifusión Pública, son las primeras señales de una violentización a uno de los sectores fundamentales para la sociedad.

De acuerdo a los expertos, el ahorro de la decisión de la administración de Trump, sería de un insignificante 0.016% del presupuesto total de los Estados Unidos de América. Si bien cuando se quiere ahorrar, «cada dólar cuenta», la decisión parece mas bien una especie de venganza hacia los liberales que han sido una piedra muy incómoda en el zapato del copetudo anaranjado, Donald Trump. La decisión, sin embargo, no recae del todo en el presidente, sino en el congreso; situación, que de cualquier modo, no asegura salvar a las instituciones afectadas.

¿Qué se pierde con el recorte propuesto por Trump? De acuerdo a The Huffington Post, algunos de los éxitos de la N.E.H. es la creación de 16 libros ganadores del Pulitzer, así como el icónico documental «The Civil War» de Ken Burns. ¿El aporte de la N.E.A.? Por mencionar algi «insignificante», sin ésta el Festival de Cine de Sundance no habría podido arrancar.

Parece entonces, que en efecto, la decisión del próximo presidente de los Estados Unidos de América es atentar contra las libertades de quienes le resultan adversos.

En plena vorágine electoral, en una de las contiendas más ríspidas que se recuerdan, la artista de Los Ángeles, California, Illma Gore, era violentada mientras caminaba por las calles de su barrio. El 29 de abril del año pasado, los pasajeros de un auto la enfrentaron con frases a favor de la candidatura de Donald Trump. Tiempo después, tras los gritos, llegó la verdadera amenaza. El pasajero del asiento trasero del vehículo se bajo de éste para al grito de «¡Trump 2016!», propinarle un duro golpe en la cara que posteriormente denunciaría en redes sociales. «Fue lo más frustrante y ridículo que me ha pasado. Sé que ha habido mucha violencia en esta elección, pero no esperaba esto», compartió Gore.

¿El pecado? El 9 de febrero, a tavés de Facebook, la artista compartía el retrato del entonces candidato presidencial republicano en el que se destacaba, a simple vista, un pequeño pene que tímido se le asomaba. De acuerdo a sus propias palabras, en un relato compartido a través de The Guardian, Illma Gore jamás pensó lo que ocurriría tras dibujar en enero de ese mismo año al Trump y su ficticio pequeño pene. El hecho, no precisamente por el trabajo de Gore pero sí con relación a éste, llegó a tal grado que el mismísimo Trump afirmaba de manera categórica que «te garantizo que no hay problema, te lo garantizo», tras los ataques un poco más directos de su entonces contrincante Marco Rubio quien llamaba la atención de las pequeñas manos de Trump y por consiguiente sin decirlo de manera directa, de un pene del mismo tamaño.

De acuerdo a la propia Illma la intención del trabajo no era de ningún modo «ridiculizar» a Trump por tener (o no) un pene pequeño, pues ella misma afirmaba que el cuerpo en el que se había basado era el de un amigo de ella. De hecho, el dedo en la llaga lo había puesto la artista en el hecho de que por qué el tamaño del pene debe de significar poder, o en caso de que éste sea pequeño debilidad. «Continuaré creando arte. Se supone que el arte evoca una emoción. El arte representa el tiempo en que vivimos. Todo lo que quiero hacer es hacer arte mejor y mejor, ojos negros y todo».

La obra de Illma Gore, la declaración de Donald Trump y ahora las acciones contra el sector cultural y artístico en el vecino del norte, son algunas señales del peligro que se vive en temas de libertad de expresión en los próximos años. Ojalá sean solo especulaciones; ojalá sea solo un delirio de persecución. Ojalá, para Trump, el tamaño del pene no importe y sí la estatura política.

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.