Por Asfaltos.
No cabe duda que gran parte del éxito de la saga del xenomorfo más famoso del mundo se le debe al artista suizo HR Giger. Muerto hace ya casi 3 años, Hans Ruedi Giger fue un artista surrealista que ganó fama mundial gracias a una de sus más perturbadoras creaciones; si es que se le puede llamar así a una de sus tantas realizaciones. De la mano de Ridley Scott, a quien le recomendaron el trabajo del suizo, el alien de Giger se convirtió de inmediato en uno de los íconos más importantes de la historia del cine.
No hay que ser muy perspicaces para notar que detrás de los dibujos de HR Giger hay una mente muy inquieta, por llamarle de algún modo. Iniciado en el mundo de la pintura, como dibujante, HR Giger comenzó su trabajo en la década de los 60 cuando en plena Guerra Fría imaginaba los estragos de una posible guerra nuclear que terminaría afectando a la raza humana.
Niños deformes, malformados por la radiación de la probable guerra nuclear, fueron parte de su serie «Los niños atómicos», en donde es posible notar algunos antecedentes de su más famoso trabajo. Perturbantes figuras para un mundo no más prometedor del que se podría imaginar tras un ataque de esa naturaleza, serían el sello de la casa de Giger.
Sí, como resulta evidente destacarlo, para HR Giger había una fascinación por el sexo; sus figuras con marcado erotismo, así lo muestran. También, otra de sus pasiones serían las armas. En los años 70, cuando empieza a trabajar con el aerógrafo -aparato en forma de lápiz o pistola que sirve para pulverizar pintura mediante aire a presión sobre la superficie que se quiere pintar-, ambas obsesiones terminan por quedar marcadas para siempre en este particular estilo que oscurece su trabajo con un aire de industria, mecánico y sexual.
Una de las obras más importantes de HR Giger, misma que le daría fama mundial, sería precisamente una en la que combinaría sus obsesiones. Bajo el nombre de «Passage X», trabajado con aerógrafo, el artista suizo combinó elementos mecánicos con organismos biológicos. Las imágenes claras de órganos sexuales serían otro sello que marcaría a un artista cuyas interpretaciones resultan variadas.
Para 1975, después del éxito de «Passage X», Giger daría sus primeros pasos en el cine –tras un paso también en los cortometrajes-. Su primer proyecto en largometraje hubiera sido la malograda versión cinematográfica de «Dune» bajo el liderazgo de Alejandro Jodorowsky, y con un equipo en el que participarían también Salvador Dalí, Pink Floyd, Moebius y Orson Welles, entre otros (¡imaginen semejante cosa!). El proyecto finalmente no se realiza, y HR Giger se retira con todo y su trabajo no sin llamar la atención de otro integrante de aquel equipo llamado Dan O’Bannon.
O’Bannon, quien sería el guionista de «Alien» (1979) de Ridley Scott, no deja de recomendar a Giger como el único capaz de entregar el monstruo que se requería para le película. El origen del fascinante xenomorfo se remonta de cualquier modo a tiempo atrás de aquella primera sugerencia de O’Bannon, cuando el artista suizo trabajó en su serie «Necronom».
La creación final del alien que conocemos todos fue un trabajo en equipo en conjunto con Scott. Algunas decisiones de Giger no se efectuaron por considerarse muy subidas de tono, como por ejemplo, los huevos del alien que se asemejaban más a una vagina que a lo que finalmente se plasmó en cinta. De cualquier modo el monstruo de Giger quedó inmortalizado, convirtiéndose en un ícono inmediato del cine hollywoodense; valiéndole un Oscar al «Mejor diseño escénico».
Para Giger, sin embargo, la satisfacción si bien fue la mayor, no fue del todo la mejor. Para él hacía falta un monstruo más erótico, por lo cual siguió involucrado en el cine con miras en lograr su anhelado sueño. Con Sil de «Species», Giger conseguiría en parte su obejtivo.
A pesar de su éxito e imaginación, HR Giger no realiza más trabajos en el cine. Sus siguientes huellas vuelven a ser para la franquicia de Alien, pues para «Alien³» (1992) de David Fincher rediseña al xenomorfo, y para «Prometheus» (2012) de Ridley Scott se volvió a contar con su trabajo. Con las ganas nos quedamos de ver su imaginación en «Species 2» y hasta en la franquicia de Batman con el diseño del primer batimóvil de Joel Schumacher que hubiera resultado fascinante.
HR Giger murió en Zúrich, Suiza el 12 de mayo de 2014, a los 74 años. Sin embargo su trabajo, y sobre todo su «octavo pasajero», lo inmortalizaron para siempre convirtiéndolo de inmediato en el extraño padre de uno de los más cautivadores monstruos que jamás se hayan imaginado.
Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.
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