Un hombre sin cabeza

Por Pam N.

Un hombre sin cabeza
Etgar Keret
Relato
Sexto piso, México, 2010, 170 págs.

Israel, a pesar de sus conflictos religiosos, no es tan distinto a otros países de América como se podría haber imaginado. Así lo deja ver Etgar Keret, escritor con un pie en diversas disciplinas, de las cuales con certeza alimenta su creatividad.

Un Hombre Sin Cabeza

Famoso por Extrañando a Kissinger y Pizzería Kamikaze, este autor israelí ha mostrado tener una voz propia al narrar historias que pueden imaginarse nítidamente por lo realista de su descripción, pero incrustando, como si fuera una perla bien colocada en el centro de la trama, un punto en el cual resulta inevitable sorprenderse.

Desfilan, ante la curiosidad del lector que se pregunta cuál será el chispazo que provoque desarraigar los pies de la tierra por unos momentos, cuentos diferentes entre sí que tejen al final una obra en la cual cotidianidad y surrealismo se balancean.

Por ejemplo, El gordito parece enfocarse únicamente en una serie de citas amorosas disfrutadas por una pareja, hasta que uno de los protagonistas revela una transformación digna de encontrarse en las leyendas y tradiciones que nutrieron la obra infantil de los Hermanos Grimm.

Ojos brillantes es uno de los cuentos mejor logrados del libro: quien mucho desea algo es probable que posea, incluso sin saberlo, una mirada que al acariciar el objeto de su afecto esté dotada de un fulgor inigualable, un resplandor que quiera ser atrapado por una niña enamorada de la diamantina y lo reluciente.
 Caballito parece contar el embarazo de una pareja, hasta que nace el crío y éste no es lo que la naturaleza suele entregar al poner punto final a una espera de este tipo.

Repparación merece mención especial: en tan solo una página, la ironía de la muerte y la risa que en casos desesperados provoca a algunos su inevitabilidad, quedan perfectamente captadas en un cuento que juguetea con caracteres mal colocados producto de un teclado descompuesto.

Los cuentos toman giros irreales que pueden gustar a unos y decepcionar a otros y, aunque Extrañando a Kissinger es un libro que había acostumbrado al lector a un talento mas cautivador, se aplaude que Keret sitúe a sus fieles en puntos absurdos a los que, sin el despliegue de su inventiva, hubiera sido difícil adentrarse. Keret es un escritor contemporáneo que confirma que la literatura es un asidero para vivir lo que en la realidad no puede experimentarse, a la vez que aporta, tanto a lectores como a escritores, más semillas para fecundar imaginarios.