• Page Views 2234

¿Libertad de expresión en México? ¿En serio?

Por Aranzazú Martínez Galeana.

En una nota del periódico El Universal del 2009 el periodismo era catalogado como una profesión de alto riesgo en México, 3 años después la clasificación se sigue manteniendo e incluso ha empeorado en los últimos meses.

Freedom House en su informe “Libertad de Prensa 2012” ubicó a nuestro país en el lugar 143 señalándolo como una nación “no libre” (adjetivo que posee desde el 2010) situándolo por debajo de países regidos por gobiernos autoritarios o poseedores de una violencia social severa como Uganda, la República Democrática del Congo, Libia, Egipto o Colombia. En este informe FH hace hincapié en que si bien México es una “nación democrática” la libertad de prensa se ha visto mermada por “el tráfico internacional de drogas ilícitas, el empleo de la fuerza militar en las principales ciudades contra grupos delictivos, y por la imposibilidad de promover reformas significativas en materia de rendición de cuentas e imperio de la ley[1]. También destacan que las principales razones del porqué México se encuentra clasificado como un país no libre son: los asesinatos de periodistas y trabajadores de la información (aquí una lista de las personas fallecidas en el lapso comprendido del 2000 al 2010), el creciente poder que tienen los cárteles para influir en los medios de comunicación, la presión de las autoridades para informar verazmente a la sociedad  así como el aumento de ciudades regidas por poderes fácticos, entre otros.

Diversos organismos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Federación Latinoamericana de Periodistas concuerdan que en México el camino es aún largo e incierto en esta materia ya que si bien se han dado pasos destacables como la aprobación de la nueva  Ley de Protección para los Defensores de Derechos Humanos y Periodista por el Congreso de la Unión, la impunidad y la corrupción así como el descarado juego de intereses que se da en todos los niveles de gobierno continúan siendo los principales obstáculos a vencer donde los muertos se apilan a las orillas y la falta de memoria social avanza cínicamente. El ser periodista, o mejor dicho, el ser un periodista leal y comprometido con la transmisión de la realidad del país por más dura que ésta sea, es ya cuestión de convicción y amor a una profesión que desde hace tiempo ha dejado de ser una alternativa profesional “segura” para ser una permeada de miedo y vulnerabilidad.  La falta de un genuino deseo por transformar de raíz los problemas estructurales que aquejan al país es una constante de esta embrionaria democracia en la que vivimos sin embargo, no debería ser una limitante para que los ciudadanos que la conforman tuvieran las condiciones mínimas para expresarse libremente como tan rimbombantemente lo señala nuestra Carta Magna. De nada sirve que México se llame a sí mismo democrático y libre cuando la realidad y los números de periodistas y comunicadores confronta este discurso prefabricado una y otra vez( Sin ir más lejos, no existen un consenso sobre el número de víctimas mientras que la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que son 81 periodistas muertos y 14 desaparecidos desde el 2000, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal alza la cifra hasta llegar a los 110). Palabras más, palabras menos Voltaire afirmaba que si bien podía no estar de acuerdo con lo que alguien dijera, defendería con su propia vida su derecho a expresarlo. Irónicamente parece ser que en México, esta cita ha adquirido una nueva dimensión. Dejó de ser un discurso abstracto para ser la realidad de miles que desde su propia trinchera buscan hacer visible lo invisible en el país del no pasa nada.

 

 

Share This Article

Reconoce MX

Reconoce MX es un proyecto de difusión artística, cultural y de conciencia social que está enfocado a difundir y fomentar el entretenimiento alternativo de calidad para todo el público que comparta el mismo entusiasmo.

El silencio o la vida

Next Story »

#Yosoy132, y ahora, ¿qué sigue?

Leave a comment