¡Un llamado a la reflexión!

Por Andrea García Borja.

Hola gente, espero que hayan estado muy bien. Primero que nada me disculpo por mi larga ausencia, la verdad andaba de parranda. Me tomé unas merecidas vacaciones en las que visité diferentes países. Les cuento que mi viaje estresó al pequeño ente ecológico que vive en mí. Desde que me subí al primer avión pensé en que mi huella ecológica estaba aumentando y aumentando. Así es que me prometí respetar mis hábitos ecologistas durante el viaje. En Europa no hubo problema, por todos lados hay botes de basura que te facilitan la separación de basura y tienes la tranquilidad de que esos residuos van a ser reciclados o reutilizados. La verdad es bien cómodo vivir así. Quien fuera europeo para que su gobierno se preocupara y ocupara por el medio ambiente (no estoy diciendo que el gobierno mexicano no lo haga, pero aún hay un largo camino que recorrer).

¡Un llamado a la reflexión!

La cosa se complicó cuando llegué a nuestro vecino del norte, pues recordé que en Estados Unidos… ¡¡¡no hay conciencia ecológica!!! Ya lo sabía y ya lo había visto, pero vivirlo por 2 semanas me enojó de sobremanera. No está nada chido que el agua corra y corra sin que nadie se inmute; que las toallas de papel sigan de moda y los secadores de manos sean un mito o que regreses del súper con más bolsas de plástico que con productos. La lista de estos “descuidos ecológicos”, por llamarlos de alguna manera, es larga y podría continuarla pero los aburriría. El punto, es que se nota a leguas que a la mayoría de la gente le importa muy poco el bienestar de nuestro querido planeta. Tampoco voy a decir que a absolutamente a ningún americano le importa, porque es evidente que no es así; muchas ONG’s ambientalistas surgieron en Estados Unidos.

Creo que el problema radica en que la sociedad americana no está concientizada, porque aunque los bombardeen con información acerca del deterioro ambiental, no parecen entenderlo. Es comprensible, hasta cierto punto, que una sociedad de primer mundo haga poco caso del cambio climático, ya que tienen la capacidad de protegerse de algunos de sus efectos; pero esto de no justifica, de ninguna manera, su poca acción ambientalista.

Lo que quiero decir es que existe una necesidad real de concientizar a la sociedad acerca del deterioro ambiental, si no lo hacemos no podemos pedir que ésta se conduzca de manera ecofriendly. Entonces, si tú como yo, tienes un pequeño ente ecológico dentro de ti… ¡que no te digan gringo, concientiza a alguien!