“Resguardar el más fundamental de los derechos del hombre, que es el derecho a la vida”, este fue el objetivo principal del documento que Javier Duarte propuso el 18 de enero y que el martes 22 de agosto fue promulgada, a pesar del claro rechazo de la ONU y de otras organizaciones que defienden los derechos de la mujer.
Leer esas palabras me hace sentir que México está dando un retroceso de unos 20 años. En vez de caminar hacia la apertura y la libertad, en Veracruz han decidido mirar hacia el otro lado de una manera casi medieval, con la venia de líderes religiosos y de organizaciones pro-vida.
Un gobernador con una agenda tan controversial y con el reflector encima por eventos que, de hecho, atentan contra la vida como desapariciones y aparentes asesinatos, no parecería ser el ideal para promulgar esa ley. Tomarse esa fotografía en un colegio católico y con esos personajes únicamente lo hace pecar de cínico.
En el documento aprobado por el H. Congreso del Estado de Veracruz 72 horas después de haber sido propuesto, equipara al aborto con la pena de muerte. Por algo, representantes de organizaciones civiles la han calificado de retrógrada.
Sin embargo, eso no es lo peor. Esta ley confunde a las mujeres y las deja con muchas interrogantes.
Es importante dejar claro que independientemente de esta reforma a la Constitución Política del Estado de Veracruz, de acuerdo con el Código Penal Federal hay cinco causales permitidas en este Estado para la interrupción del embarazo y son:
- Que el embarazo sea producto de una violación.
- Que exista riesgo de muerte de la madre.
- Que el producto cuente con alteraciones genéticas o congénitas graves.
- Que el embarazo sea producto de una inseminación artificial no consentida.
- Que sea un aborto imprudencial o culposo (es decir, un accidente).
Las mujeres de Veracruz siguen teniendo derecho a exigir este derecho. Ninguna puede ser criminalizada y procesada por las causales anteriormente mencionadas. ¿Podemos contar con esta garantía después de la reforma al artículo 4 de la Constitución Política del Estado de Veracruz? Eso es justamente lo que preocupa a quienes defendemos el derecho a decidir.
La criminalización del aborto no va a acabar con él. En el país cada año hay alrededor de un millón de abortos, la mayoría realizados en lugares clandestinos, de acuerdo con cifras de la organización Marie Stopes México. Además, el 69 por ciento de las mujeres que se realizaron un procedimiento así son católicas, así que el apoyo de líderes religiosos tampoco va a servir de mucho. Ahora todo va a suceder en la clandestinidad y con más muertes maternas.
Qué bueno que no vivo en Veracruz. En donde yo resido, la Ciudad de México, desde 2007 está legalizada la interrupción del embarazo durante las 12 primeras semanas de gestación.
Me gusta vivir en una ciudad donde cualquier mujer puede elegir si continúa o no su embarazo sin estar justificando por qué y sin tener que pasar por procesos legales desgastantes.
Aquí nadie tiene que andar buscando clínicas clandestinas. Aquí ninguna mujer se preocupa por ir a la cárcel si decide no continuar con la gestación. Aquí, se luchó por el derecho a decidir. Aquí hay opciones.
En Veracruz se acabaron.
Con información de: GIRE, Marie Stopes México, OMS, Animal Político.
Foto: Farandu Life.
Laura Ramírez Delgado. «Feminismo pop». «Lo que sea por una vida mejor» es mi mantra. Soy comunicóloga por el Tecnológico de Monterrey y algún día pisé la UNAM para estudiar Letras Inglesas. Fundé Funkrea en complicidad con un ingeniero y hoy sobrevivo a un MBA en EGADE Business School, con las Dr. Martens bien puestas. Soy aficionada al fútbol con corazón azul y piel dorada. Se me considera una rockola humana con el gusto musical más raro del universo. Rescaté a Perrecito, quien es mi compañero de aventuras. No funciono sin café, soy feminista y también Batman.
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