#DiscoDeLaSemana: ‘You want it darker’, de Leonard Cohen

Por Sergio Ang Lara.

«You want it darker», el décimo cuarto álbum de estudio de Leonard Cohen es un último testamento, una carta de adiós, pero a la vez un manifiesto mostrando el punto más alto de la virtud poética del intérprete. Haciendo algo parecido a lo que fue «Blackstar» de David Bowie, el canadiense transforma su conciencia en la de un hombre moribundo.

El disco empieza con un aura prístina y religiosa, esto regresa en ocasiones durante diversas canciones, sobre todo cuando hay voces femeninas en el fondo. No hay cambios de ritmo acentuados en ningún momento, lo cual es un acierto, pues «You want it darker» no es un viaje de emociones y momentos, más bien es un estado de ánimo plasmado con todas sus derivaciones. Los instrumentos de cuerda en este material son tenues, pero no imperceptibles, sobre todo hay un trabajo destacado en el bajo, el cual estuvo a cargo de Michael Chaves quien junto a la voz de Leonard, producen un sonido hipnótico. También el uso del piano y el órgano realzan el poder melódico, este último es un elemento bastante interesante para esta época y mantiene la esencia mística, gracias a Neil Larsen.

Las voces que se presentan en este disco son algo sumamente trascendental, en éste Leonard Cohen explota una voz afectada por el tiempo y los excesos, eso sumado a su reciente estado de salud, es parecida a la de Tom Waits pero en un tono mucho más grave. Una curiosidad de «You want it darker» es que las vocales del poeta fue grabada en un estudio improvisado, usando un viejo y usado micrófono Neumann U 87, que se adapta e incluso colabora con Cohen. Los coros también tienen una parte esencial, ya que se acercan al estilo de los cantos gregorianos, dejando la peculiaridad sagrada. Los coros femeninos presentan un cambio en comparación con su anterior trabajo, pues ahora son fríos y reservados. Algo sobresaliente son los suspiros que acompañan los silencios, que nos mueven a la introspección.

Respecto a la lírica, Leonard Cohen habla sobre la muerte, un tema que aborda con frecuencia junto al amor, el sexo y el éxtasis, lo que hace que la obscuridad de sus argumentos sean más simbolistas y comparables con las de los poetas malditos, pero ahora el autor reflexiona con más profundidad y nostalgia sobre el asunto, pues habla sobre las despedidas y el abandono de los seres amados en relación con la terminación de la vida misma, agregando claras referencias espirituales. Así que sin duda, la nueva perspectiva del premio Príncipe de Asturias de 2011 produce las mejores letras que ha hecho en su prolongada carrera.