Por Asfaltos.
Hace dos semanas tuve la «genial» idea de ir al cine en plena tarde de domingo. «Dios», pensaba hacia mis adentros, «¿por qué no recordé lo mucho que detesto salir a una plaza los domingos?» Y es que no lo sé, quizá ya soy bastante grinch, pero para mí eso de andar haciendo filas para todo, las grandes masas y los pasillos repletos, nunca ha sido lo mío. Sí, pensaba, «fuck them all», digo, «fuck the mall».
Incluida en su álbum «Yo fui una adolescente terrosatánica» (2000), «Fuck the mall» de Las Ultrasónicas es la melodía que primero se me vino a la mente en medio de la aglomeración que iba en aumento en una de las tantísimas plazas comerciales que hay en Ciudad de México.
Al mejor estilo del punk, en todo el sentido de la palabra, Las Ultrasónicas mandaban al demonio a todos con ese estilo de rechazo colectivo que encantó a quienes de inmediato se conectaron con ellas. Con una batería muy simplona y una guitarra distorsionada, la cantante Jessy Bulbo profería a gritos los insultos que traducidos al español, literalmente mandaban a «todos a joderse».
Un listado que incluye Universidad, Galerías Santa Fe, Plaza Satélite, Centro Coyoacán, Perisur, Interlomas ¡y hasta Plaza Sésamo!, son tan solo algunas de las plazas comerciales que Las Ultrasónicas mandan al mismísimo carajo. Basta con ir un domingo al Cinépolis Universidad, en plena tarde, para conectar de inmediato con la petición de estas punketas.
Foto: Matthew Rutledge.
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