
Por Asfaltos.
A mí me gusta pasearme por la ciudad, a patita, para hacer algo de ejercicio -que buena falta me hace-. De preferencia en un día nublado, porque eso de andar sonríe y sonríe por culpa del sol, no es lo mío. Nublado, sí, pero no lluvioso, que hay que ver luego el dramón que se vuelve esta ciudad, la de México, cuando se desata el quinto infierno… el diluvio, pues.
A mi paso, casi siempre a menor velocidad que los demás transeúntes, me detengo un poco para ver aquí, allá y acullá. Conmigo se pasean los fantasmas que atrapados se quedaron deambulando en la ciudad; aquellos que se enamoraron, lloraron, se rieron y sí, evidentemente se murieron también.
¿Un taquito de carne en aquel puesto callejero? No, no vaya a ser que termine yo como el fantasma aquel, ese que se menea al buen son de un danzón mientras pasa frente al edificio del Cine Teresa. «¡Ah, caray!», volteo hacia mis lados para ver si alguien más ve lo que yo: aquel fantasmal individuo subirse a un autote de esos viejos, color verde y dientudo.
«Es un cocodrilo, joven», me dice un viejito amable que me devuelve a la realidad. «¿Qué?», le replico. «Que es uno de esos taxis viejos, joven. Yo me enamoré en uno de esos hace ya muchos años… Muchos, demasiados». ¿Un cocodrilo? Me quedé pensando…
Ahora escucha una versión en audio del Martes asfaltoso todos los martes entre 17:00 a 18:00 horas en «Sintonía Capital», programa de Concepto Radial, radio del Tec de Monterrey Campus Ciudad de México. ¡Ahí nos escuchamos con mis queridas Verónica Orihuela y Dalia López!
Foto: La Ciudad de México en el tiempo.


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