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«Loveling: Amor de madre», intenso y profundo

Por Asfaltos.

Dentro de la inmensa oferta cinematográfica disponible en nuestro país, son pocas las garantías que se nos pueden hacer a quienes buscamos un cine que de entrada capte nuestra atención. Los esfuerzos, de distribuidoras sobre todo independientes que luchan a su manera por difundir un cine distinto, son siempre encomiables. Una de esas garantías de propuesta y de cine distinto las enarbola el sello PIANO Distribución, de quienes comento ahora su más reciente estreno: «Loveling: Amor de madre».

Dirigida por el realizador brasileño Gustavo Pizzi, y coescrita por él mismo junto con su esposa Karine Teles -quien por cierto protagoniza también la película-, llega a cines mexicanos: «Loveling: Amor de madre»; cuya historia nos presenta a Irene (Karine Teles), una mujer en Rio de Janeiro que sostiene junto con su esposo un hogar con sus cuatro hijos. En aparente tranquilidad, en aparente paz, todo cambia cuando la alegría de uno de sus hijos le anuncia: el que el mayor de sus críos tenga la oportunidad de estudiar fuera de Brasil es una alegría para ella, pero también una tristeza y una amenaza para el orden y alegría de su mundo.

Bellamente filmada, con un cuidado particular en la imagen y en el color, «Loveling: Amor de madre» nos cuenta una historia sencilla y común, pero con una destreza tal que se agradece. La noticia que el hijo de Irene le anuncia, es de gran impacto para una mujer como ella que como delata el subtítulo de la cinta en México: ama como madre. Con esa idea tan simple, pero firme, Gustavo Pizzi y Karine Teles consiguen una historia que por la forma, atrapa.

La dirección de Pizzi es perfecta. Con destreza, con buen ritmo y sobre todo con un buen trabajo con sus actores, el director de cine brasileño nos envuelve en el caos que Irene padece, vive y goza. Su retrato tan particular de la madre, desde luego con elementos dramáticos para efectos de la película, me pareció muy acertado. Con las emociones a flor de piel, y además con la libertad que debió haber significado escribirse su propio personaje, la actuación de Karine Teles como Irene es en absoluto destacada. Una secuencia, con ella escuchando música a todo volumen con ayuda de unos audífonos, resume muy bien el caos interno que padece su personaje.

En lo que respecta a quienes le acompañan, contando a su propio esposo, hijos y hasta a su hermana y su sobrino quienes llegan a aumentar el caos que se vive en el pequeño pero muy unido hogar, tienen todos un papel destacado. Pizzi no cabe duda que trabajó de gran manera este aspecto, pues además fue el responsable de poner orden al desorden que quería presentarnos en su película; incluido ese divertido relajo provocado por los más jóvenes integrantes de la familia.

Además de la fotografía y de los colores plasmados y elegidos, los escenarios tanto interiores como exteriores destacan también por sumar en ese diálogo que el cineasta Pizzi nos propone a nosotros como espectadores. El trabajo del diseño de arte se aprecia, como sucede con un espacio en particular que forma parte de ese mismo desprendimiento al que Irene es enfrentada.

En general «Loveling: Amor de madre» es una de las películas más interesantes que se podrán encontrar en la cartelera de cine. Con un gran cuidado en el detalle, una historia sencilla y cercana, la película atrapa de inmediato nuestra atención y nos provoca invitarles a disfrutarla. Ah, eso sí, el subtítulo de la cinta para su estreno siento está de más; la película lo deja ya todo claro.

 

«Loveling: Amor de madre» estrena hoy jueves 2 de agosto bajo el sello de PIANO Distribución. Consulten las carteleras de sus cines más cercanos.

Con imágenes cortesía de PIANO Distribución.

 

 

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